
Kerlly Real, un regreso feliz y con centenario
La tricolor dejó atrás una fuerte lesión en la rodilla y regresó a las canchas cumpliendo 100 partidos con Valencia de España
Volver a tener minutos tras romperse el ligamento cruzado fue, para Kerlly Real, como debutar nuevamente en el fútbol. Su regreso al Valencia Femenino, el 8 de marzo, dejó las mejores sensaciones físicas y un momento muy emocionante, que terminó de celebrarse en la jornada pasada, cuando ya fue titular ante el Betis, viviendo un momento muy especial al conseguir sus 100 partidos con el club.
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Ese logro y saber que ha vuelto tan bien de su lesión le han hecho volver a ilusionarse y, según contó a EXPRESO desde España, todo el proceso de su recuperación ha sido una gran lección para reafirmar cuanto ama su deporte, su profesionalismo y la carrera que lleva construyendo por una década y que la ha convertido en referente del fútbol femenino ecuatoriano.
“Es como volver de cero en todos los aspectos y más cuando la competencia es tan exigente. Una lesión de estas es algo que te pone al límite, eres realista de que probablemente vuelvas a competir de la misma manera, o quizás no. Que te puede costar un año, dos, tres, o que simplemente ya no podrás volver a ese nivel”, recuerda la jugadora de 26 años sobre las primeras sensaciones cuando se rompió el ligamento cruzado en abril de 2024 en un encuentro ante el Tenerife.
Entonces tuvo que tomar decisiones respecto a su recuperación, donde lo más duro fue asumir que se atendería en Valencia, a pesar de tener la posibilidad de viajar a Ecuador para suavizar, con el afecto familiar, el que considera el momento más duro de su vida profesional. Kerlly entendió que la mejor opción para salir de su lesión era en España, cerca de los especialistas del club.
“No fue nada fácil, me tuve que recuperar lejos de mi familia, me operaron aquí, no tuve esa facilidad de tener a mis padres cerca en ese postoperatorio que no puedes ni ir al baño, ni cocinar. Estaban mis compañeros y tuve que aprender a pedir ayuda, porque desde niña siempre fui muy independiente y eso es algo que me costó”, relata.

Al poco de su operación, la temporada se acabó y la mayoría de sus compañeras dejaron la ciudad para volver a sus hogares. Kerlly debió continuar su recuperación pasando por dolorosas terapias físicas que pusieron a prueba su carácter.
Pero en medio de eso, cuenta la jugadora, el pensar en la Tricolor se convirtió en su motivación más grande, puntualmente en la Copa América en septiembre, pues se jugará en Ecuador.
“Muchas veces quería rendirme porque al principio es muy doloroso y había veces que mi fisioterapeuta me estaba haciendo la rehabilitación y llegaba el momento en que toca doblar la rodilla, y eso duele mucho, el cuerpo se te pone frío, rígido y la pierna como un palo que quieres romper y no se rompe. Entonces para decirle al fisio que doble, primero me visualizaba en la Copa América, en casa, mi gente y solo así aguantaba”, cuenta.
Con el pasar de los meses la futbolista empezó nuevamente a correr, luego a trabajar con pelota y, por sí misma, decidió incorporar a su rutina sesiones de golf y natación, deportes que, considera, fueron fundamentales en su proceso, pues le permitieron ganar confianza y, de hecho, no planea dejar de practicarlos, especialmente el golf, ya que descubrió que tiene talento y cree que le ha ayudado mucho para la concentración que requiere en la alta competencia.
REAL LLEGÓ A LOS 100 PARTIDOS CON EL VALENCIA

La vuelta de Kerlly está resultando muy especial, porque en sus primeros minutos ante el Barcelona Femenino se sintió plena físicamente y recibió el cariño de sus compañeras y rivales. Incluso un sentido abrazo por parte de la Balón de Oro, Aitana Bonmatí.
Ante el Betis volvió a ser titular y cumplió sus 100 primeros partidos. Todo un hito para el fútbol de mujeres ecuatoriano, pues Kerlly es, sin duda, la más destacada a nivel internacional, con una carrera que surgió del ámbito barrial y colegial quiteño.
Su esfuerzo le llevó a ponerla muy pronto, a sus 16 años, en el fútbol europeo, concretamente en España donde jugó para el Málaga, Córdoba y en 2020 llegó al Valencia, sosteniéndose en primera división y siendo referente del club.
La futbolista no puede evitar una sonrisa de orgullo al repasar su carrera y, tras la lesión, valora profundamente su camino, así como a quienes marcaron su carrera como la entrenadora Vanessa Arauz, quien la llevó a su primer Mundial en Canadá, el 2015, y quién le inspira.
“Ella siempre nos decía, y hasta hoy lo llevo en la frente, que cómo queríamos que la gente nos recuerde, qué persona queríamos ser”, rememora.
Kerlly se lo tomó muy en serio y se ha vuelto un referente para las niñas que sueñan en ser futbolistas, incluso empezó su propia academia. Pero hoy solo piensa en cerrar el ciclo de su lesión siendo llamada a la selección, en abril, para después meterse a la lista final de Copa América en septiembre, donde la Tri buscará su segunda clasificación a una Copa del Mundo.