Kiara Rodríguez, si la discapacidad no la frenó, menos lo hizo la pandemia
La deportista paralímpica, medallista en los Juegos de Tokio, no dejó nunca de entrenar. Usó las calles de la Isla Trinitaria para sus rutinas
La gente que no la conoce la quedaba mirando como si estuviera loca. A eso de las 3 o 4 de la tarde, Kiara Rodríguez, flamante medalla de bronce en los Juegos Paralímpicos de Tokio, salía a una de las calles de la Isla Trinitaria -donde vive- a correr con licra y mascarilla lo más veloz posible. Hacía carreras de 150 metros una y otra vez por alrededor de 20 o 30 minutos. Sus largas piernas hacen que a ratos dé zancadas que levantan el polvo e incluso una que otra vez le ha hecho carrera a los tricimoteros de la zona. “Todo es válido en esta pandemia”, dijo en su momento con una amplia sonrisa.
La campeona Parapanamericana y Mundial Absoluta de salto largo y presea paralímpica en suelo japonés no paró durante la pandemia. Tras clasificar a los Juegos Paralímpicos, entrenó a diario en casa, aunque sabía que no es lo mismo.
“He bajado el rendimiento en velocidad, característica que en mi deporte es importantísimo. No es lo mismo correr en el cemento que en la pista”, se lamentaba Rodríguez antes de que los estadios o pistas se abrieran.
La saltadora se enfocó desde marzo pasado, durante el encierro, su trabajo en casa en dos aspectos: la velocidad y el fortalecimiento físico. Casi a diario mantenía sesiones por videollamadas con su entrenador Bernardo Valdés, quien le daba las rutinas. Las carreras de 150 metros las hacía afuera de su casa, mientras que la musculatura la trabaja en el portal o en la sala. Hacía desde abdominales, sentadillas, pasos de tijera, hasta saltos y estiramientos con ligas y todo lo que ayude y ejercer resistencia. “He llegado a usar galones de agua como pesas, hasta botellas como conos de obstáculos en los ejercicios. Siempre se aprende. Creo que la responsabilidad de estar clasificada a Tokio es grande y me tiene centrada”, comentaba la medallista paralímpica tricolor.
Antes de que se decrete la emergencia sanitaria, Kiara tenía previsto viajar el 17 de marzo a Brasil para competir. Si bien ya poseía el cupo a los Olímpicos, la cita definía la clasificación funcional (categoría) en la que iba a ser encasillada debido a su discapacidad (padeció de parálisis braquial que le limita el movimiento en el brazo izquierdo). Hoy todo está en el limbo, no hay un calendario a la vista.
“Fue un shock que todo parara porque estábamos súper preparados para Brasil. Hoy no hay nada dicho”, manifiesta con preocupación. Mientras el panorama se aclare, Kiara seguirá estudiando (ya entró a clases) y entrenando.
Modalidades. Guayaquileña y con 17 años, si bien Kiara es especialista en salto largo, también practica 100 y 200 metros planos.