Lamento eléctrico ante el festejo rayado

En Guayaquil no cayó ni una gota del aguacero que estuvo a punto de suspender la primera final de la LigaPro, pero para los hinchas de Emelec el resultado de ayer ante Independiente del Valle bien les pudo significar el baldazo de agua más frío de lo que va del torneo.

Y es que lo que empezó siendo algarabía, positivismo y camaradería entre la gran cantidad de afición del Bombillo, terminó con caras largas y apenadas por el 3-1.

Casas, locales comerciales, restaurantes y plazas de esparcimiento fueron algunos de los escenarios utilizados por los aficionados de Emelec para reunirse y ver el partido disputado en Chillo Jijón, provincia de Pichincha.

En Guayaquil, doña Guillermina Eguez terminó preocupada. Ella y sus cinco nietos: Melany Lino, Natanael Erazo, Samuel Erazo, Alejandra Laaz y Alexandra Triviño, llegaron desde Colimes, provincia del Guayas, para ver jugar a “su querido equipo”, aunque tuvieron que volverse con un marcador en contra.

Desde el inicio del cotejo la sexagenaria vivió momentos de tensión, primero porque no sabía si se iba a suspender o no el partido por el temporal y luego por el 1-3.

“Venimos únicamente para ver al equipo. Hasta desempolvé mi mejor cachina para venir a gritar por el equipo”, dijo cuando aún iban 1-0 la mujer de 65 años. Al final los tres goles de Independiente del Valle fueron un golpe para Guillermina y todos sus nietos, así como la gran cantidad de aficionados del Bombillo que se dieron cita en Plaza Guayarte, al norte de Guayaquil.

Mientras eso vivían los eléctricos, en la tienda de los hinchas de Independiente del Valle fue todo lo contrario. Tras el gol de Junior Sornoza al minuto 21, la afición pintó de azul y negro casas y negocios.

En Sangolquí, localidad donde nació el equipo, entre banderas, pancartas, camisetas y hornados se disfrutó minuto a minuto.

En el local de cuyes de Patricia Tipanta y su familia, una bandera con la palabra campeón recibió a los clientes.

“El Independiente es nuestro orgullo. Además de los triunfos deportivos hizo que aumente el turismo en el cantón”, afirmó. La aficionada confesó que los comensales la felicitaron al verla con la camiseta de los rayados y compartieron su pálpito, que el trofeo de la LigaPro adornará las vitrinas del Independiente.

Patricia aseguró que el cuy y el hornado le dieron fuerza a los hinchas rayados para no parar de cantar en el estadio.

Cerca de este local, en el barrio Selva Alegre, Luis Umaquinga, fundador de la barra Locura del Valle, junto a su familia asistieron al estadio en un grupo muy nutrido. Todos con camisetas de los rayados y globos esperaron el momento para ir al estadio hasta que al final pudieron entrar una hora después de lo previsto.

Para el domingo 12 de diciembre la atención de ambas hinchadas se centrará en Guayaquil. Los azules, aunque golpeados, tienen la esperanza de poder remontar en casa el 3-1, mientras que los rayados ya tienen cogida de una oreja la que sería su primera copa.