Leylah, un sueño lejano en el tenis ecuatoriano
En el país no se puede emular una actuación como la de la tenista de raíces locales en el US Open por varias trabas, entre ellas el dinero y la idiosincrasia, concuerdan expertos.
Para encontrar a una tenista sudamericana en el ranking mundial WTA hay que bajar hasta el número 40. Ahí, la argentina Nadia Podoroska hace su aparición. En el resto del listado, hasta el # 100, tristemente no existen representantes de esta parte del continente. Quizá a eso deba atribuírsele que el oír el fin de semana pasado que una tenista de raíces ecuatorianas, Leylah Fernández, haya llegado a la final de un Grand Slam como el US Open, emocionó tanto al país e incluso sentir propio el logro de la canadiense.
Con 19 años, la hija del guayaquileño Jorge Fernández provocó el interés y despertó la ilusión, pero esa no es la realidad local. Entrenadores, exglorias y dirigentes ponen un cable a tierra y analizan la situación de esta parte del tenis para el cual conseguir algo como lo hecho por Leylah en Estados Unidos es muy lejano.
Andrés Gómez, único ganador ecuatoriano de un Grand Slam, el Roland Garros de 1990, y que coincidentemente es capitán de la selección nacional femenina de la Billie Jean King Cup -antes llamada Fed Cup-, o también conocida como la Copa Davis de damas, sostiene que es muy complicado para las tenistas latinas o que viven en Sudamérica llegar al nivel de una finalista de US Open.
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Leer másPese a que en su equipo, que en junio pasado ascendió al Grupo 1 de América y donde están en teoría las mejores representantes del país como Charlotte Paredes (27 años), Camila Romero (22), Marie Elise Casares (27 años), Mell Reasco (18) y Tania Andrade, Gómez asegura que todo pasa por el apoyo y la manera de pensar de las deportistas.
“En Sudamérica los casos de Gabriela Sabatini, Laura Raya, Mercedes Paz o Paola Suárez son muy pocos. Algo de esto tiene que ver con la idiosincrasia y manera de ser nuestra, pero está probado que con apoyo y trabajo los resultados se pueden dar. Los apoyos recibidos y sobre todo la competencia que han tenido para llegar hasta ahí es importante, pero hay que tener claro que para ser un deportista de élite es duro”, precisó.
Gómez advierte que no es que Ecuador no tenga una deportista que pueda llegar al nivel de Fernández. “Por ejemplo, en Argentina solo Podoroska está entre las 50 primeras, eso demuestra que está habiendo también un cambio generacional en el tenis femenino, pues las últimas ganadoras de Grand Slams -aparte de Barty que ganó Wimbledon- han sido victorias distintas”, acotó.
Carlos Avellán, exintegrante del equipo Copa Davis de Ecuador y actualmente entrenador de tenistas juveniles, explica que la problemática viene de lo económico, pues este deporte así lo demanda.
“Una vez más se refleja que una jugadora que pudo haberse formado aquí y que decidió no hacerlo se destacó en un lugar donde hay mayores opciones, un ambiente de trabajo serio y donde todo es más estructurado. Jugadores, tanto hombres como mujeres, de Ecuador saldrán, pero serán poquísimos porque no hay una estructura de trabajo hacia lo profesional”, manifiesta.
Para Mario Canessa, expresidente de la Federación Ecuatoriana de Tenis y recientemente candidato a vicepresidente del Comité Olímpico Ecuatoriano, hay dos ejes fundamentales por el cual una tenista 100 % ecuatoriana no consigue aún lo que Leylah: la idiosincrasia y la oportunidad.
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Leer más“En Ecuador hay mucha materia prima. Cada año salen nuevos jóvenes con muchas condiciones. Hoy mismo están jugando el Challenger de Quito jóvenes con mucho futuro, el problema de fondo es que los padres -cuando son mujeres- no tienen la mentalidad que tienen las canadienses, rusas y, en general, las europeas, que es dejarlas ir por el mundo acompañadas muchas veces solo por el entrenador, al margen de que Leylah viaja con su papá, que es también su adiestrador. En esta parte del continente si no va la madre, el padre o la tía, acompañada del técnico, no se mueven. El tenis es costoso y dificulta la movilidad. Por otro lado, los chicos que tienen el nivel para llegar al profesionalismo prefieren conseguir becas en el exterior... Ese problema no solo es de Ecuador, sino de muchos países sudamericanos. Las excepciones acá fueron Andrés Gómez, Ricardo Icaza, Raúl Viver y muchos otros, pero fue porque ellos se fueron por el mundo, a academias, no se dedicaron a estudiar para conseguir carreras, sino que se dedicaron a jugar y mire hasta dónde llegaron”, aclara.
campeón Roland Garros 1990 y capitán de la Tri femenina