Liga de Quito
Liga de Quito, campeón de la LigaPro 2024 tras vencer en la definición final a Independiente.API

Liga de Quito, el andamiaje de un bicampeón LigaPro inolvidable

Opinión: El rumbo estaba definido con Álex Arce, quien corría sin anunciar el remate. Ariete de cualidades completas.

El ataque organizado de Liga de Quito tuvo juego mixto (corto y largo). Y es que alternar los dos estilos dentro de un partido, resultó estratégico a la hora de crear sorpresas en los rivales, pues tener definidos los momentos en que pasó de jugar corto a largo, le fue beneficioso.

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Al final, el juego en largo, terminó siendo una alternativa para combatir defensas adelantadas que buscaban hacer daño con la presión.

Los albos establecieron pases en profundidad a espaldas de los centrales con entradas de segunda línea y buenas diagonales de los laterales Leonel y Quintero, una opción que no despreció para nada.

Ramírez era utilizado como factor de engaño para que el ataque no termine por el mismo lugar donde empezaba, sino por zona desocupada de marcas.

Julio le dio brillo y creatividad al equipo; improvisó y sorprendió. Su sola mención motiva la asociación inmediata con su cintura. Sin tocar la pelota, prometía con sus caderas cosas que después no cumplía; insinuaba rumbos que enseguida cambiaba y podía descolocar en trechos cortos, casi sin tocar la pelota, a defensores que creían en sus amagues.

Piovi arrancaba de cinco, y se frenaba, mirando hacia dentro como para tirar el centro a favor de su pie diestro. Eso sin contar que con la misma derecha, la enganchaba por detrás de su pierna de apoyo, la izquierda, para seguir su carrera hacia el área, dejando al marcador parado. Y lo hacía cortito, rapidísimo, inventando la jugada.

Domínguez, atento y calculadamente frío para sacar ventajas. Nunca podía uno imaginar un Dida desconcentrado o ausente frente al compromiso de una pelota filosa. En actitud felina, llegó a los ángulos impensados.

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Adé, con temperamento para jugar finales o partidos difíciles. Sacó centros de rastrón frente a la boca del arco. Impuso respeto con agresividad por su altura y corpulencia. Empujó desde atrás y era mejor no hacerlo enojar.

Finalmente el rumbo estaba definido con Álex Arce, quien corría sin anunciar el remate. Ariete de cualidades ampulosas y completas. Acrobacias cruzadas. Sus decisiones eran impulsos que le salían al momento de la ejecución. Después de un murmullo con destino de silencio, sus goles de a poco se convirtieron en gritos frenéticos de la tribuna. Dejando a los porteros confundidos y tocados.

Arce fue cada vez más implacable, castigaba la red a voluntad; veía al adversario cerrar los ojos y resignar las piernas porque llegaba la inexorable derrota. Lo que hizo por la corona 13 (28 goles), fue digno de él: irse aclamado, reconocido, respetado y admirado. ¿Hay alguna frase que lo pueda sintetizar? Acaso solo una: ¡Gracias matador serial!.

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