Una malla divide al Cristo del Consuelo
El Complejo Deportivo Ángel María Canales vive una división dirigencial que retrasa
el desarrollo del escenario.
El Complejo Deportivo Ángel María Canales es el escenario más importante para practicar distintas disciplinas deportivas en el barrio Cristo del Consuelo, en Guayaquil, o al menos para eso fue creado. Pero hoy su estética es el fiel reflejo de lo que sucede en su parte dirigencial, una relación que se cae a pedazos e intenta sostener un sitio en el que, según sus moradores, el deporte dejó de ser prioridad y las bebidas alcohólicas, las drogas y la inseguridad tienen vía libre.
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Leer másParadójicamente, los dos bandos hoy divididos por este complejo, fueron una sola fuerza para reclamar la administración y propiedad del escenario.
En 2013, al no tener un administrador avalado por el Municipio de Guayaquil, Jorge Crespo y Sonia Burgos, entonces representantes del Club Diabéticos, Hipertensos Adultos Mayores y Discapacitados del Complejo, solicitaron en marzo de 2014 el comodato del sitio. Esto fue conocido por las dos ligas que se establecían en el lugar: la del Virgen del Soto y la del Cristo del Consuelo, que en un solo puño crearon la fundación Virgen del Soto.
Estas personas llevan más de seis años al frente del complejo y mire cómo está el lugar. La comunidad es la que pierde con esto.
Sacaron del tablero a estas personas y lograron tomar las riendas. Mientras la fundación recibía el visto bueno del Municipio para ser la propietaria, la liga aparecía como el administrador.
Según el presidente de la liga Virgen del Soto, Jorge Abudeye, la idea de crear esta oenegé era retirar a Crespo y Burgos del complejo. “Yo sigo siendo dirigente de esa fundación, vicepresidente, yo hasta pagué por su creación”, relataba Abudeye, mientras que al ser interrogado por su ausencia en las reuniones con la Fundación (que tuvo elecciones de nuevo directorio hace dos años), respondió que “es que nosotros eso lo dejamos en el aire porque no podíamos estar en la liga y la fundación”, reconociendo, además, que no hizo nada para desintegrarla.
Yo soy vicepresidente de la fundación y no sé cómo me han sacado. Yo no me retiré, eso quedó en el aire. Hicieron todo a nuestras espaldas.
En la liga consideran “fantasma” a la nueva directiva de la fundación, sin embargo EXPRESO recibió documentación de estos, en el que la Municipalidad de Guayaquil reza que “el inmueble es de propiedad de la fundación Virgen del Soto”.
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Leer másEl predio muestra una degradación total. Una de las ligas lleva el nombre de una virgen y su figura, ubicada en un rincón aislado del complejo, se ha convertido en un urinario colectivo.
Sumado a este detalle están baños fuera de servicio, asientos de madera podridos, aulas cerradas con candados, cuadrantes de baloncesto sin aros, canchas sin pintar y gradas llenas de grafitis que son zonas para los consumidores: los que fuman marihuana se ubican de un lado, los que van a ingerir alcohol del otro.
Al no contar con seguridad o guardianía, el ingreso es libre y ha generado que este sitio se caracterice por la venta y consumo de estupefacientes.
EXPRESO conversó con algunos vecinos del sitio y reconocen que “ese lugar es una cantina de borrachos y drogadictos”, y que no hay autoridad que controle esto.
Los fines de semana, la Liga Virgen del Soto organiza campeonatos de fútbol en el que cobran inscripción. El bar del complejo, que está bajo su dirección, expende cigarrillos, snacks y cerveza, aunque viola directamente un memorándum (20 de mayo de 2015) del Municipio en el que detalla la prohibición de consumo de sustancias psicotrópicas y bebidas alcohólicas.
“Usted sabe que tomarse una cervecita después de un partido es muy común”, explicó Eduardo Luna, un miembro de la liga y establecido por más de 50 años en el Cristo del Consuelo.
Pero según los moradores no es una cervecita inocente, de hecho estas se transforman en largas jornadas (a veces hasta las 03:00) donde reproducen música a alto volumen.
Al preguntarles a los representantes de la liga por el dinero de la autogestión, estos aducen que “no se gana mucho y hay que pagar servicios básicos”. Lo evidente es que el complejo no goza de un mantenimiento hace algún tiempo.
La fundación es acusada por la liga de no hacer nada para la comunidad y que al no vivir en el Cristo del Consuelo no conocen sus necesidades. “Nunca han venido”, “no los conocemos”. La comunicación está tan rota que miembros de la liga, a pesar de ser parte de la fundación, no se reúnen y con ello buscan descalificar su función.
“Yo a veces quiero llevar a mi hijo, pero ni bien voy entrando ya huele a marihuana. Cómo podemos hacer de este un lugar para la familia, cuando lo tienen tomado estas personas”, dijo otro morador cansado de estos actos.
EXPRESO le preguntó a ambos bandos si cederían poder por el bienestar común del barrio, los de la Liga se defienden por “los años que tenemos al frente” y los de la fundación en que “ellos ya estuvieron mucho tiempo y no hicieron nada”.
El municipio ha intentado reunirlo
Guschmer: “Buscamos agotar todas las vías de conciliación”
El concejal y presidente de la Dirección de Deportes, Andrés Guschmer, fue nombrado por los voceros, tanto de la liga como de la fundación Virgen del Soto, en esta disputa. El también comunicador explicó que el lunes pasado “organizamos una reunión para que lleguemos a una solución, pero no vino la gente de la liga, solo los de la fundación” para llegar a una conciliación y que el proyecto que tiene entre manos el Municipio pueda cristalizarse.
Los de la liga aseguran que nunca les notificaron, pero Guschmer reconoce que estos dimes y diretes son los culpables de que el Complejo en el Cristo del Consuelo siga desmoronándose.
“Hace un año, aproximadamente, conocí de esta disputa interna que tienen. Es un lugar que debemos y queremos darle atención, pero las partes se pelean, que tú manejas la venta de cervezas, que tú dejas entrar a todo el mundo, que cierras los baños. Perro con dos dueños se muere de hambre”, agregó Guschmer.
El proyecto que pretende poner en función el Municipio consta de una cancha de césped sintética, nuevos aros de baloncesto, baños y camerinos nuevos, aulas para promover charlas sociales, clínicas médicas, mejorar la ubicación de la virgen, arreglar filtraciones de agua y luminarias.
Por último, Guschmer alerta que si no se logra sacar humo blanco de las conversaciones, “emitiré un informe a la alcaldesa contándole la situación y de qué manera legal podemos seguir para que la obra se dé y esté bien administrada”. Aunque su idea es agotar “todas las vías de conciliación”, no saca de la mesa la posibilidad de intervenir el complejo.