Marco Angulo: Así es velado el jugador en Rocafuerte, Esmeraldas
Con una emotiva caravana y tributos, la comunidad donde nació recuerda el legado que el futbolista deja en el deporte
En la quietud de la noche, la parroquia Rocafuerte, en el cantón Río Verde de la provincia de Esmeraldas, se iluminó con destellos de luz y sonido de fuegos artificiales. A las 00:45, de este miércoles 13 de noviembre el aire se llenó de un profundo sentimiento de nostalgia y celebración, luego de que los restos de Marcos Angulo, el querido exfutbolista de Liga de Quito, llegaran en una van blanca, acompañados por una caravana motorizada que serpenteaba por las calles del pueblo. Motocicletas y automóviles se alinearon, en una muestra de tributo que desbordó la esencia de un pueblo que nunca olvidará a su hijo prodigo.
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Leer másAl llegar al corazón de Rocafuerte, la calle Bolívar se convirtió en un escenario de recuerdos y emociones. La casa de los padres de Angulo, un lugar que ha sido testigo de risas y lágrimas, se transformó en un santuario de despedida.
En el exterior, tres carpas se erguían como guardianes de la memoria, mientras sillas esperaban a quienes deseaban rendir homenaje al hombre que llevó el orgullo de su comunidad en cada partido.
La despedida a un ídolo del pueblo
El féretro, cubierto con la emblemática bandera de Liga de Quito, reposaba en el centro de este tributo. A su lado, dos grandes fotografías de Angulo lo representaban en su esplendor, vistiendo el uniforme que lo consagró como ídolo. La atmósfera estaba impregnada de un aire de reverencia; cada visitante traía consigo una historia, un recuerdo, una sonrisa que se entrelazaba con el dolor de la pérdida.
En un rincón, dos camisetas enmarcadas recordaban sus hazañas con Independiente del Valle y la Selección Nacional, símbolos de un legado que trasciende el tiempo. La luz de las velas titilaba suavemente, reflejando el amor de amigos y familiares que se agolpaban para compartir su último adiós. En cada abrazo, en cada lágrima, se sentía el eco de un corazón que latía por el fútbol y por la comunidad que lo vio crecer.
La noche avanzaba, pero la memoria de Marcos Angulo permanecería viva en cada rincón de Rocafuerte, en cada canto de los que lo amaron. Su legado, forjado en el césped y en el corazón de su gente, se convertiría en una llama eterna, recordándonos que, aunque su cuerpo ya no esté, su espíritu seguirá corriendo por las canchas de la vida.
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