María José Palacios y un diploma olímpico forjado bajo el puente del Juncal
La boxeadora ecuatoriana recuerda inicios en el Valle del Chota y pide más apoyo para ir por la medalla en Los Ángeles 2028
Preguntarle a María José Palacios sobre sus inicios, hace que repase una imagen muy clara: la de ella, temerosa, mirando desde arriba del puente de El Juncal (Valle del Chota) a su hermana gemela y otros chicos lanzando los primeros golpes.
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Los entrenamientos de boxeo que organizaba Manuel ‘Sombra’ Delgado eran abajo del puente, pues todavía no estaba listo el Centro de Alto Rendimiento de Carpuela, en donde más tarde hubo un gimnasio para esta disciplina deportiva.
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Leer másCon la alegría latente de su última participación en los Juegos Olímpicos de París, donde obtuvo diploma, la deportista cuenta a EXPRESO sobre esos primeros pasos en el 2012. “Yo solo veía de lejos, porque pensaba que no era posible que yo vaya a estar ahí recibiendo golpes en la cara, cómo iba a hacer eso”, relata.
Su entrenador, sin embargo, le insistía todos los días y al cabo de tres semanas ella accedió. “Su gemela, María Belén, fue la que empezó entrenando. María José se quedaba en el puente y yo le decía que baje. Ahí salía corriendo, pero al otro día volvía a mirar, hasta que se decidió a entrenar”, recuerda Delgado.
DIFERENTES RUMBOS
Las hermanas pronto destacaron a nivel nacional, con medallas en distintos torneos, pero en la etapa juvenil María Belén se retiró. María José, por su parte, ya había convertido al boxeo en su pasión, y además tenía un sueño muy específico. Cuando su entrenador le decía que debe llegar a la selección nacional, ella se motivaba diciendo: “Lo tengo que lograr, porque yo me voy a subir a un avión”.
Ahora, después de muchos vuelos marcados en su pasaporte, aún recuerda ese anhelo: “Es que uno ve en la tele los aviones y ahí te preguntas cómo será volar ahí, qué se sentirá. Yo me puse eso en mi mente”. No solo logró ese primer viaje, sino que se ha embarcado ya en dos Juegos Olímpicos, quedándose, en los últimos, a puertas de la medalla de bronce al caer en cuartos de final de los 60 kilogramos.
De ese último resultado en la cita olímpica, ella solo siente orgullo. “Sé que di lo mejor que yo tenía en esas peleas, que me esforcé”, resalta, aunque no puede dejar de pensar qué hubiera sido de su participación con una mejor preparación, pues prácticamente los boxeadores de la selección no tuvieron peleas en el ciclo olímpico.
SE NECESITA MÁS APOYO
“Les hizo falta ese desarrollo competitivo. Poder hacer sparring con otros países es lo que les permite alcanzar mejor nivel y eso no hubo”, critica Delgado y reclama la exclusión de los entrenadores en la delegación olímpica, pues él tuvo que ver a sus dirigidos por televisión.
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Leer más“Es lamentable que no convoquen a los entrenadores, y no para que sean los principales, pero sí para conformar el cuerpo técnico. Uno conoce las fortalezas y debilidades del deportista, ahí está la mano del entrenador, para calmarles, motivarles, guiarles”, analiza Delgado.
Al entrenador le causó indignación que a sus deportistas, que por años se han esforzado, no les hayan recibido de mejor forma en el Valle del Chota. Él mismo tuvo que organizar una bienvenida para María José y Gerlon Congo, también diploma olímpico. Lo hizo en el gimnasio, con los más cercanos. “Las autoridades nunca estuvieron por acá”, lamenta.
“Que no se olviden de los que también guerreamos en la olimpiada”, coincide María José, quien agradece la entrega del incentivo económico por parte del Gobierno a los deportistas olímpicos, pero pide que el apoyo sea permanente y a tiempo.
Ya se está preparando para Los Ángeles 2028, donde quiere cumplir sus palabras de París cuando despertó admiración de millones de ecuatorianos al afirmar que “yo no vine por un bronce, yo vine por una medalla de oro”.
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