Moisés Caicedo: así fue la inquieta infancia del futbolista con su mejor amigo
Luis Villagrán recuerda con nostalgia las travesuras, peleas, risas y peloteos con el referente de la selección ecuatoriana
Marzo de 2020: la pandemia de la COVID-19 golpea al mundo entero. Moisés Caicedo, con apenas 18 años y recién ascendido al primer equipo de Independiente del Valle, veía frenada su incipiente carrera futbolística.
Lejos del trajín de la Ciudad Deportiva de los rayados, en Chillo Jijón, el joven talento se hallaba en Santo Domingo para afrontar la cuarentena en su barrio natal: Mujer Trabajadora.
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El referente de la Tricolor, que la noche del domingo 30 de junio comandará el medio campo ante México por el boleto a los cuartos de final de Copa América, emprendió un viaje a sus orígenes. En su barrio, ubicado en el norte de la ciudad tsáchila, Caicedo revivió su infancia junto a su vecino y mejor amigo Luis Villagrán.
En entrevista con EXPRESO, Villagrán (23 años) recordó con nostalgia aquellos días cargados de juegos, travesuras, risas y, por supuesto, fútbol. La pelota era la excusa perfecta para divertirse sobre los desgastados adoquines de la Mujer Trabajadora y sus alrededores.
La calle fue su patio de juegos, su segundo hogar. Se entretenían con los trompos, canicas y tazos. Volaban las cometas. Se escapaban a coger caña de azúcar y mandarinas. También organizaban partidas del videojuego Free Fire.
Su imaginación no tenía límites. En las vacaciones, los niños buscaban cualquier excusa para no perder tiempo. Incluso, llegaron a improvisar un ring en la arena donde ponían a prueba sus habilidades como luchadores.
“A Moi le gustaba Kofi Kingston y nos gritaba: ¡hagan los tambores! (imitando el gesto del luchador de la WWE). Yo estaba en el piso y se me lanzaba, pero me abría porque los ‘quiños’ a veces eran de verdad”, contó Luis, quien respondía a los ataques de Caicedo con el RKO de Randy Orton o las piruetas del Rey Misterio.
Ambos entrenaron con el profesor Iván Guerra en la cancha El Hueco, a dos minutos a pie de su vecindario. Aquí forjaron sus talentos con el balón entre el polvo, el lodo y el deslucido pasto.
“Me llamaba para jugar pelota a las 07:00. Mi mamá, enojada, me decía: Ya te vas a largar, solo pasas en la calle. Uno aparecía en casa cuando le daba hambre. Luego volvíamos a la calle”, contó.
En 2013, cuando Moisés partió hacia Independiente de Valle, las tardes de juego cesaron. Luis no se quedó atrás. Probó suerte como extremo por derecha y fue aprobado en las inferiores del Deportivo Cuenca. Allí se comunicaban a diario.
“Nos contaba que le hacían bullying en las formativas de Independiente. Lo tapaban con una cobija y le comenzaban a pegar. Tenía que ir a una esquinita a robar internet. El hermano mayor tuvo que hablar con un profe y después ya todo se calmó”, recordó sobre uno de los tantos chats que intercambiaron por Messenger.
Vecinos del barrio aseguran que Luis, al igual que Moisés, tenía el talento para llegar al profesionalismo. Sin embargo, la vida le puso otras metas. Se retiró del fútbol y se unió a su pareja Viviana Castro, con quien tiene una hija. En la actualidad es ayudante de construcción de obras y se dedica a mantener su hogar.
Pese a tener jornadas de lunes a viernes de hasta 11 horas, Luis no pierde un solo juego de Moisés. Las camisetas de Independiente del Valle, Brighton, Beerschot, Chelsea y la Tri, todas las atesora con el apellido ‘Caicedo’ en su dorsal.
Al igual que otros vecinos y familiares del barrio, Luis fue invitado por Moisés para verlo jugar con la selección en Quito.
“Siempre le ha gustado que lo vean jugar, se siente acompañado. En cada partido de la selección o del Chelsea, él ya se imagina que estamos apoyándolo y dándole fuerzas”, relató.
El domingo no será la excepción. Luis alistará la casaca tricolor y a las 18:50, diez minutos antes del pitazo inicial, caminará hacia el pórtico del vecino Kléber Vera, quien suele improvisar un mini fan fest cuando juega Moi.
Allí, Luis tomará un asiento, llevará sus manos a la cara y, con una mezcla de nervios y confianza de obtener la victoria, alentará al referente de Ecuador, a su gran amigo.
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