Elián Caicedo y su tío Carlos Orejuela juegan y hacen goles en Mushuc Runa.
Elián Caicedo y su tío Carlos Orejuela juegan y hacen goles en Mushuc Runa.Miki Rodríguez

Mushuc Runa: tío y sobrino marcaron goles históricos en Copa Sudamericana

Sobrino y tío, la dupla goleadora de Mushuc Runa que sacudió la Sudamericana

En Mushuc Runa hay historias que se escriben con goles, pero la que protagonizan Elián Caicedo y Carlos Orejuela es digna de una película familiar… de esas que emocionan y hacen reír.

En el triunfo 3-0 sobre Unión de Argentina por la Copa Sudamericana, Elián, un joven de 20 años que ha crecido bajo el radar en el club del Ponchito, metió un golazo que hizo levantar a toda la hinchada. Lo celebró con fuerza, con alma, con hambre de gloria. Era su momento. Pero lo que nadie esperaba era que el segundo protagonista de la noche también llevara su sangre.

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Elián Caicedo jugador del Mushuc Runa.Cortesía

El sobrino comienza y el tío pone la experiencia

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Carlos Orejuela, delantero de experiencia, con pasado en Emelec y en varios clubes del país, hizo el tercero. Gritó su gol, miró al cielo, y luego buscó a Elián con la mirada. El abrazo no tardó. No era un compañero más. Era su sobrino. Su sangre.

Carlos es mi tío, por parte de papá. Imagínate la emoción de la familia… ¡los dos hicimos goles en el mismo partido internacional!”, dijo Elián a EXPRESO, todavía emocionado.

El joven se formó en las divisiones menores de Mushuc Runa, mientras que Carlos ya había vestido esa camiseta en 2016, cuando Elián apenas soñaba con ser profesional. Hoy, el destino los volvió a juntar no en una reunión familiar, sino en la cancha, como dupla goleadora.

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El festejo de Carlos Arboleda tras marcar el primer gol de Mushuc Runa sobre Unión.API

“Es muy lindo compartir cancha con alguien de la familia que te apoya. Siempre me busca en los entrenamientos, me habla, me aconseja. Quiere que brille, y eso es un premio”, confesó Elián.

Y como buena historia familiar, no faltó el toque de humor: “Después del gol me dijo que le dé parte del premio… pero le dije que no, ¡eso es para mi familia! Se rió nomás”, contó entre carcajadas.

La noche quedó marcada para siempre en la historia de Mushuc Runa, y también en el corazón de los Caicedo-Orejuela. Porque a veces, el fútbol no solo une a los pueblos… también une a las familias.

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