Rafael Nadal
Rafael NadalEFE/EPA/JAMES ROSS AUSTRALIA AND NEW ZEALAND OUT

Nadal: "Durante 30 años transmití una imagen que no siempre era la que sentía"

El tenista español ya retirado revela el dolor lo que lo aquejaba antes durante y después de cada partido

Rafael Nadal, retirado del tenis el mes pasado, admitió que “durante 30 años” transmitió al mundo una imagen que “no siempre” reflejaba lo que sentía en su interior.

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“Sinceramente, estuve siempre nervioso antes de cada partido, eso nunca te abandona. Todas las noches antes de un partido me acostaba sintiendo que podía perder (¡también al despertarme por la mañana!). Y es que en el tenis las diferencias entre jugadores son muy ajustadas, y entre rivales aún más. Cuando sales a la pista, puede pasar cualquier cosa, por tanto, todos tus sentidos deben estar bien alerta. Esa sensación de fuego interior, los nervios; la adrenalina de salir y ver una pista llena es una sensación muy difícil de describir”, añadió.

“Es una sensación que solo unos pocos pueden entender”, expresó el jugador español en una carta abierta titulada 'El regalo', publicada en 'The Players' Tribune', un medio que proporciona a los deportistas una comunicación directa con sus aficionados.

Jugó siempre con dolor

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Nadal fue condecorado por la Federación Internacional, la Española y la ATP en su retiro.EFE

En la ‘confesión’ Nadal dice que durante la mayor parte de su carrera supo “controlar las emociones, con una excepción”.

“El dolor físico era algo a lo que estaba muy acostumbrado, pero hubo momentos en la pista en que tenía problemas para controlar la respiración y no podía jugar a mi mejor nivel. No tengo problema en admitirlo ahora”, señaló.

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“Después de todo, somos seres humanos, no superhéroes. El jugador que ves en el centro de la pista con un trofeo es una persona; agotada, aliviada, feliz, agradecida, pero sólo una persona. Afortunadamente, no llegué al punto de no poder controlar cosas como la ansiedad, pero todos los jugadores pasan por momentos de dificultad para controlar la mente y cuando eso sucede, es difícil tener el control total de tu juego”, continuó.

Tras repasar los consejos que recibió de su familia, en particular de su padre, el ganador de 22 Grand Slams destacó que nunca le promovió “el odio” hacia sus rivales, “sino un profundo respeto y admiración”.

“Simplemente intentaba despertarme cada mañana y mejorar un poco para poder seguirles el ritmo. ¡No siempre funcionaba! Pero lo intentaba... Siempre lo intentaba. Durante más de 30 años he dado todo lo que he podido a este deporte. A cambio, recibí alegría y felicidad. Alegría y felicidad, amor y amistad, y mucho más”, terminó diciendo el ahora exjugador.

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