Noboa llegó y ya prepara Uruguay
Después del largo viaje, se bajó del avión y se fue a entrenar. Vuelve a la Tri luego de tres años y como goleador del fútbol ruso
La última vez que estuvo en Quito salió llorando de la cancha. Fue un 5 de septiembre de 2017.
Cristhian Noboa Tello, jugador del Sochi, desde este jueves 8 de octubre entrena en la Casa de la Selección para el partido del próximo martes 13 de octubre ante Uruguay por las eliminatorias al Mundial de Catar 2022.
Las lágrimas de hace tres años cayeron en el césped del estadio Olímpico Atahualpa cuando Ecuador perdía 2-1 ante Perú y se esfumaban sus posibilidades de ir al Mundial de Rusia.
Hoy Noboa manifiesta que lloraba de impotencia al no poder ir a la cita ecuménica, donde él sería local. Además, quería tener a sus compañeros en Rusia, donde vive desde hace 13 años.
Después de aquel cotejo Noboa no volvió a estar más en la Tricolor. Posteriormente vino la ‘telenovela’ de los patacones y el jugo de naranja.
Pero el Zar está de vuelta, dejó la Tricolor con 32 años y regresa con varias cosas a favor. Es el goleador del balompié ruso y está en un gran momento.
Ha perdido ya la cuenta de las horas de viaje. Son como 18 por todo, pero eso no es nada, dice, pues soñaba con lucir de nuevo la camiseta de Ecuador. Ayer se bajó del avión y fue a entrenar en solitario en el gimnasio de la Casa de la Selección.
“Vestir la piel de la selección es el sueño desde pequeño, de toda la vida, esto es otro nivel y no importa la distancia. Uno de niño lo que tiene de referencia es eso, y en ese tiempo no le decíamos Tri, solo selección”, manifestó el jugador, que ha marcado siete goles con el Sochi en la liga rusa.
Sobre su actual convocatoria, contesta como si fuera un juvenil en su primer llamado: “Espero estar a la altura de las circunstancias. Llego con todas las ganas de jugar, de darlo todo, pero solo queda esperar que el profesor Alfaro me tome en cuenta”.
Aunque actualmente tiene 35 años, responde como uno de 18 al decir que es uno más y entre risas aclara que “soy el último en incorporarme”.
“¿Para usted 18 horas de viaje son como tomar la Metrovía en Guayaquil o el Trolebús en Quito?”, le consultó EXPRESO al Zar Noboa. A lo que este contestó: “Claro que parece Metrovía, ya es la costumbre. He perdido la cuenta de cuántos viajes se han hecho, pero para mí no son nada. Te sientas y solo anhelas llegar bien al país. No tienes idea de lo que es jugar por Ecuador. Una vez el viaje duró demasiadas horas, me bajé del avión y ya quería jugar. No es un sacrificio. Sacrificio es lo que hacen los aficionados para pagar su entrada al estadio, cuando se podía hacerlo”.
Comentó que lo más duro para un jugador es cuando no está en los planes del entrenador. “Ver jugar a la selección y no estar en cancha es difícil, me ha tocado vivirlo desde Rusia”.
Señaló que es la primera vez que viniendo a Ecuador no podrá estar en su querida Guayaquil, ya que el regreso a Rusia será después del partido ante Uruguay. Algo así como ‘del estadio al aeropuerto’.
El Zar sonrió cuando se dio cuenta de que le tocaba dormir solito este 8 de octubre en la Casa de la Selección.
Sobre la cuarentena por la COVID-19, lamenta que esta vez no podrá tener barra propia debido a que se juega sin público y que recién podrá ver a su familia después del juego, ya cuando tome su camino al aeropuerto para regresarse a Rusia.
Noboa y la primera vez...
1. Que viene solo a un partido por eliminatorias.
2. Que arriba con el membrete de goleador del fútbol ruso.
3. Que llega con siete goles a una convocatoria.
4. Que no visitará a su querida Guayaquil.
5. El pelo pintado de amarillo le ha dado una buena racha de goles.
6. Le toca dormir solo como jugador en la Casa de la Selección.