Norberto Araujo, al otro lado de la cancha

En septiembre de 2022, cuando el Cumbayá luchaba por alejarse del descenso a la Serie B, Norberto Araujo recibió el llamado de su amigo y excompañero Patricio Hurtado para que se una al cuerpo técnico del joven equipo capitalino.

El Beto, quien estaba enfocado en su academia desde 2017, cuando se retiró de las canchas aceptó el reto tras analizar el potencial que tenía el club. Tiempo después, con los resultados que han ido cosechando, demuestran que fue la decisión correcta. Consiguieron la permanencia en la Serie A y ahora tienen al Cumbayá peleando por cupos a torneos internacionales.

Una de las claves del equipo es su fortaleza defensiva, de la que se encarga directamente Araujo, por su experiencia como zaguero central en Liga de Quito y la Tricolor. Esto se refleja en que el conjunto capitalino tiene la segunda mejor defensa de la LigaPro con 9 goles recibidos en 10 juegos.

“Una de las ventajas es que a Teo Paredes y a Pablo Cifuentes los tenemos desde la temporada anterior, son jugadores con experiencia, que entienden el juego, a los que se sumó Arián Pucheta. Después es el trabajo del día a día con conceptos, en pequeños detalles, el estudio de rivales”, comentó el Beto.

El exfutbolista se encarga en cada entrenamiento de dar consejos a los defensas sobre su ubicación, referencia de los delanteros y también les brinda datos de los ofensivos rivales. “Buscamos perfeccionar conceptos y les damos información precisa de los rivales, que después vemos reflejada en los partidos. Eso da credibilidad y convicción, y con eso todo puede suceder”, afirmó Araujo.

El asistente técnico se siente a gusto en su nueva faceta en la que resaltó “tenemos tiempo para trabajar a diferencia de los clubes de mayor nombre” y que eso les ayuda para sacar el mayor potencial de sus dirigidos.

Otro aspecto que el Beto resaltó es el mental, que se complementa a los aspectos tácticos, técnicos y físicos. “La academia me ha ayudado a trabajar en estados de ánimo, ver si un chico está bien o mal. Lograr la confianza del jugador es clave. Los convencemos que si tenemos un buen semestre pueden ser pretendidos por otros equipos. Que estén preparados para las oportunidades, buscamos que el jugador se sienta importante”, afirmó.

Con su experiencia tiene claro cómo dirigirse a cada jugador, el tono de voz a usar y la información que él entrega. “Son personas, no máquinas”, enfatizó Araujo, a la par que destacó la importancia de tener un plantel funcional que se impone a las individualidades.

“Hay jugadores que utilizamos en posiciones que no son habituales para ellos, pero su compromiso es lo que nos ha ayudado a tener una buena campaña. Se armó un grupo que está convencido del trabajo, lo que lo hace más fácil”, manifestó.

También les pide valorar el esfuerzo que realiza el club y los tiene mentalizados en ir paso a paso en busca de las metas planteadas para 2023. “Tomamos como una final a cada partido. El objetivo es mantenernos en la categoría, pero en la interna apuntamos más alto, ojalá podamos obtener un cupo a Copa Sudamericana”, contó el exzaguero.

Al consultarle si se sufre más dentro o fuera de la cancha, fue directo al decir que “desde la banca se sufre más. Hay cosas que no puedes resolver como cuando era jugador. Siento el fútbol con intensidad, soy de hablar y transmitir casi todo el partido. Por eso con el Pato nos turnamos para dar instrucciones”, detalló.

Araujo confesó que el mejor premio que recibe es ver que lo enseñado a sus pupilos se pone en práctica en la cancha y apunta a que el Cumbayá siga en este buen camino, respaldado por una ‘muralla’ defensiva que ha logrado dar forma.