Pacho, víctima de un propósito
El saltador con garrocha tricolor no inició en ese deporte, entrena sin técnico por la pandemia, pero no descansará hasta llegar a Tokio
Si hay una frase que defina la vida de José Pacho es: “Somos víctimas de un propósito”. El saltador con garrocha ecuatoriano de 24 años es el fiel ejemplo de que no siempre lo que se desea primero es lo que va a suceder, sino lo que el destino tiene preparado.
Nacido en Esmeraldas, lleva radicado más de 10 años en Manabí, provincia que lo acogió, formó e impulsó a conseguir logros y a representar varias veces al país a nivel internacional en una disciplina que no precisamente fue con la que empezó.
Pacho llegó a Manabí desde su natal Muisne, gracias a la ayuda de su hermano Pablo Pacho, un reconocido entrenador de escalada deportiva, de ahí que fue el deporte que empezó practicando, sin pensar que en el camino iba a tomar una decisión de la que no se arrepiente.
“El 30 de enero de 2011 tomé una de las mejores decisiones que fue el inicio para el camino que he construido: dejé la escalada; mi actual entrenador Jonathan Saltos me motivó y aquí seguimos”, expresa hoy Pacho con emoción.
Desde el 2012 el saltador con garrocha perteneciente a los registros de la Federación Deportiva de Manabí empezó a representar al país en eventos internacionales y los resultados no tardaron en llegar: campeón Iberoamericano Absoluto en Sao Paulo, oro Sudamericano Sub-23 en Montevideo y Lima, y medalla de bronce en el Panamericano Juvenil de Toronto, sobresalen en su palmarés; sin restarle importancia que en “las grandes ligas” constan participaciones en Campeonatos mundiales, así como un paso breve por la Liga Diamante de Brasil, entre otros.
Sin embargo hay un sueño que aún está a la espera, un anhelo que lo motiva a no detenerse: llegar a unos Juegos Olímpicos.
En diciembre del año pasado José empezó a trabajar para perseguir ese sueño. Junto al entrenador Saltos iniciaron una pretemporada de cara al Iberoamericano que iba a realizarse en mayo en España, pero por la pandemia todo se suspendió.
“Era la competencia idónea para obtener la marca que me acerque a mi objetivo principal”, se lamenta. Pese a ello el atleta cree firmemente en no solo llegar a la cita olímpica, sino realizar una excelente representación para el país. “Mi trabajo será fuerte para traer una medalla”, exclamó con mucha seguridad.
Hoy, la principal preocupación de Pacho es que hace tres meses no puede contar con la presencia de su entrenador, lo que dificulta su preparación.
“La prueba salto con garrocha es muy técnica y presenta mucho riesgo físico, no se puede practicar sin el entrenador, ellos son los encargados de verificar aspectos que pueden influir en los saltos como el clima, velocidad, distancias y medidas”, explicó.
Pese a esos obstáculos, Pacho se viene moviendo en gimnasios y pistas de la Federación Deportiva de Manabí, realizando trabajos aeróbicos, fortalecimiento físico y algo de pesas.
El tricolor anhela la vuelta de su entrenador. Asegura que por perseguir sus sueños está dispuesto a redoblar esfuerzos, amplias jornadas y entrenamientos técnicos. “Estoy muy enfocado en lo que quiero. Me esforzaré aún más. Quiero seguir dando alegrías al país. Voy por mucho más”, sostuvo.
Plusmarquista.
El esmeraldeño federado hace 10 años por Manabí ostenta 15 récords nacionales en varias categorías.