Pateando Tachos: Emelec 2024
Opinión | El Bombillo y un recuento que detalla las virtudes de las incorporaciones para esta temporada
Washington ‘Manchita’ Corozo tiene dribbling y no le cuesta engañar al rival. Cuando le redoblan la marca por dentro tira gambeta por fuera. Desborda y lanza centros de manera natural. Si solo gambetea por dentro, le ponen dos marcas y se le acaba el repertorio.
Encara hacia fuera, y su regate lo obliga a sacar ese metro con el que aparecen las mejores asistencias al área. Posee inventiva mental, esa creatividad que no se puede enseñar.
La función que cumple Andrés Ricaurte (10) tiene que ver con la consecuencia anterior, si la pelota no llega a su sector tendrá problemas.
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Marcelo Meli (8) tiene confianza, aire de superioridad como volante mixto. Toca y avanza.
El fútbol es una mezcla de lo espontáneo y lo que tienes proyectado hacer en la cancha. Hay estímulos que aparecen cuando sabes con quién juegas; quién será su complemento.
Alexander González, lateral de marca rigurosa y sistemática, destraba la maniobra. Su intención está en quitarle juego al extremo oponente. Se desliza bien donde todo está congestionado, lleno de adversarios. Sus pases cortos, su amague, para que el rival no descifre lo que va a hacer en zona determinante de últimos metros.
Pone la pelota con la sensibilidad justa para que el rival no interprete dónde va. No hace cosas ampulosas, ordena al equipo desde el balón. Toca por dentro y saca ese mínimo pase para que entre una pared. Diseñado para ser un rebelde de primer orden.
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Finalmente, Cristian Damián Erbes, volante central. Su nivel de juego tiene fases de seis puntos o picos de siete. Muestra una larga trayectoria como para no cambiar su valor en cada partido. Será útil si sabe leer las señales preocupantes de una contención posicional. Ese paso entre la expectativa y la realidad de consagrarse como jugador es muy grande porque te pone un peso en los hombros. Continuará…
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