Pateando Tachos: Enner, la diestra que acaricia y mata
Enner Valencia, con sus goles en la selección nacional, terminó por ganarle a la opinión y a la tribuna
Es rápido porque resuelve antes, no porque corre más ligero.
No acelera el paso de las zonas para llegar a la definición en malas condiciones. Tampoco mete pelotazos de 40 metros y divide la posesión del balón. Eso no es rapidez.
Prefiere una pelota clara hacia atrás que dividida hacia delante.
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Leer másNunca por jugar ligero, arriesga la precisión. Su velocidad está dada en los cambios de ritmo, porque interviene la sorpresa que frena al rival.
Sin ser velocista, utiliza el engaño. Cuando da la impresión de frenarse, acelera y saca ventaja sobre adversarios. Lo hace varias veces en carrera cuando parece que está al límite, siempre le queda un poco más de pique. Y lo contrario, a veces aparenta acelerar con un cambio de paso, frena y sorprende.
Enner Valencia con sus goles en la selección nacional terminó por ganarle a la opinión y a la tribuna. Tiene capacidad intuitiva para el juego. El gol es su identidad. No se pega a su marcador, fuerza por fuerza es una moneda al aire. Probablemente gane el que tenga más fuerza; el fútbol no es así.
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Cuando llega el pase, los rivales lo dejan que reciba y después lo van a buscar. Si se le pegan les cuesta el gol. Gana las disputas en el área y a 30 metros del arco.
Es temible cuando lo dejan controlar y descargar por dentro. Maneja con el cuerpo al adversario y se va. Es difícil de anticipar. De pocos errores técnicos en el mano a mano, donde la jugada es de responsabilidad individual.
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Leer másPodemos definir las pequeñas sociedades como la unión de talentos complementarios. Son jugadores con un mismo concepto futbolístico, pero de características diferentes, aunque complementarias. Valencia se entiende con sus compañeros aun sin mirarse.
El remate de Enner baja en la coordenada justa; el envío tiene un efecto que no le da tiempo al defensor a recomponer el movimiento, o tener una segunda respuesta.
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