Paulo Salazar y el salto de un ‘gigante’ ecuatoriano a Argentina
El basquetbolista ecuatoriano, de 17 años y 2,05 metros de estatura, se va a Ferrocarril Oeste. Fue seleccionado de Guayas y del Ecuador
A Paulo Salazar de pequeño le gustaba jugar más con legos que con el balón de básquet que había en casa. Eso era lo que pedía en la época de Navidad; sin embargo su padre, Julio, un destacado basquetbolista, intentó siempre vincularlo al deporte hasta que solito el joven decidió enrumbar el camino.
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Leer másHoy, con 17 años y 2,05 metros de estatura, el joven alista maletas para migrar a Argentina, país donde empezará su carrera internacional con el club Ferrocarril Oeste.
A punto de graduarse de técnico industrial en el colegio Domingo Comín, de Guayaquil, Paulo recibió a EXPRESO en la sala de su hogar ubicado en la ciudadela Primavera 2, en Durán, donde reside con sus padres, Julio y Mariela, y su hermano Allan Salazar.
Dice estar emocionado. La idea de continuar sus estudios (quiere ser ingeniero eléctrico) y jugar el deporte que ya se convirtió en su vida lo llenan de expectativa. Y talento tiene, pues ya integró varias selecciones de Guayas y, además, fue parte de la selección nacional de su categoría.
A Paulo la cuestión de su estatura es algo que ya no le molesta; es imposible obviarla, ya está acostumbrado. Cuenta que se le dificulta salir de su habitación porque el alto de la puerta es solo de 1,80, medida hasta donde sus padres pensaron que llegaría, pero no fue así. Hoy debe agacharse para poder cruzar el umbral.
Fue en la época de la escuela en la que comenzó a percatarse de los cambios en su cuerpo, pues en la clase era el más alto. Ya en el colegio sobrepasó en estatura a los profesores. “Creo que nunca fui pequeño, supongo que cuando nací medía 55 centímetros”, dice entre risas.
No se siente raro. Actualmente no le da importancia a las miradas curiosas de la gente y más bien lo ve como un beneficio para su deporte, aunque relata que muy al contrario de lo que pudieran pensar por su talla, no había visto al baloncesto como actividad a seguir en sus inicios. Fue cuando salió de la escuela, a los 12 años, que ‘le cogió el gusto’. Lo pusieron de base y desde entonces no pudo despegarse. En poco tiempo pasó a la selección nacional.
“Me di cuenta que servía para el básquet cuando fui convocado para la selección Sub-15... En ese momento dije: ‘las canastas son lo mío’”, precisa el deportista que usa zapatos talla 50 o 15 en medida americana.
Tiene plenamente identificado que su mayor desarrollo de estatura se dio en la pandemia. Y es que en 2021 medía 1,80, y conforme fueron pasando los meses creció 25 centímetros, algo notorio para sus allegados pues pasó encerrado con ellos y de repente empezó a tener problemas para entrar y salir por la puerta.
Más que condena, la estatura es un beneficio para él. Sus 2,05 metros lo llevaron a jugar de pívot (central) en varios equipos como Barcelona, ATE, selección de Guayas, Don Apa, Dream Team, Americano y más. No tiene apodos, solo le dicen Salazar.
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Leer másLo que sí resulta un inconveniente es cuando debe ir a clases, ya que usa el sistema de Metrovía. “Tengo que agacharme y eso es un problema. Ya cuando voy en taxi el problema es sentarme y ver cómo acomodo las piernas”, expresa Paulo, quien de manera jocosa precisa que cuando está en la calle lo que más ve son pelos y cascos de las personas que andan en moto. Si bien hoy mide 2,05 le han dicho que cuando llegue a los 21 años podría medir 2,14, la misma estatura que su ídolo en el básquet, el griego Giannis Antetokounmpo.
La trayectoria de Paulo está escrita: Ferrocarril de Argentina se lo lleva y es un primer sueño cumplido. “Siempre trabajé para poder salir del país, ahora se está dando, pero eso me crea más compromiso para seguir entrenando todos los días”, comenta. Viajará en los próximos días, pero antes quiere graduarse del colegio.
El gran sueño de Salazar es llegar a la Euro League, por lo cual cada día entrena cuatro horas y se cuida mucho en la alimentación, aunque confiesa que las carnes son su comida favorita.
Viajará a Buenos Aires con la meta de seguir destacando en el básquet, algo que vive con intensidad los últimos seis años.