Richard Carapaz no estaba preparado para el Tour de Francia
Su madre lanzó esa sentencia, recordando que desde el inicio de la temporada se pensó en el Giro. De todas maneras, el apoyo se hizo sentir
Richard Carapaz no estaba preparado para el Tour de Francia. Él trabajaba para el Giro, donde se suponía iba a defender la corona. Así al menos lo aseguró su madre Ana Montenegro, desde el domicilio familiar en la comunidad Playa Alta, en el cantón Tulcán, fronterizo con Colombia.
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Leer más“Él se preparó, pero no para esta carrera (sino) defender el título del Giro de Italia”, declaró la progenitora a Efe cubierta con una mascarilla blanca desde el domicilio familiar.
Junto a su marido Antonio Carapaz, una hija y una nieta, la madre siguió la etapa en la que la Locomotora del Carchi llegó a la meta respaldando a su compañero de equipo Michal Kwiatkowski, porque así lo habían acordado.
Desde la cama matrimonial donde vieron la gesta en una gran pantalla, la madre de Carapaz dijo sentirse “muy feliz y satisfecha” por el triunfo logrado y destacó que su hijo “llegó con felicidad”.
El ecuatoriano, de 27 años, fichó hace un año por el Ineos por tres temporadas, dejando atrás al Movistar que le catapultó a lo más alto del podio el año pasado en el Giro.
Durante la pandemia, Carapaz venía entrenándose en su provincia natal, Carchi, pero para competir en varias carreras con miras a revalidar el título en la competición italiana, que se desarrollará entre el 3 y el 25 de octubre.
Su madre reconoce que pese a los planes iniciales, “después las cosas cambiaron y es un honor que esté participando por primera vez en el Tour de Francia” y que coseche triunfos, como el haber hecho historia al convertirse en el primer ecuatoriano que queda segundo en una etapa del Tour, lo que ya ha logrado en dos ocasiones.
Ahora, según comentó el propio Richard, tratará de defender el maillot de líder de la montaña hasta París.
Su padre, Antonio, apenas podía contener las lágrimas de la emoción cuando se le pregunta por su hijo y aquella bicicleta que un día trajo a la casa entre la chatarra y de la que el pequeño no se separaría.
“Es una felicidad que se siente incomparable, que creo que es única”, manifestó antes de asegurar que se sentía, “demasiado feliz de lo que ha hecho mi hijo”.
Aunque cada vez está más acostumbrado a las entrevistas, con la humildad que caracteriza a la familia, que hoy ha quedado reflejada en el gesto de Carapaz en la meta, afirma que los triunfos de su hijo no han cambiado su vida y que siguen “la misma rutina, somos lo mismo, nunca ha cambiado nada, ni ha de cambiar”.
Los padres mostraron orgullosos en la carretera cercana a la vivienda una pintada con el logo del Tour de Francia junto a una locomotora, de la que en vez de humo sale una bandera ecuatoriana, y con los números 03, con el que participa en la carrera, y 04, inicio de los dígitos en la cédula de los nacidos en Carchi. En la vecina Tulcán, considerada capital del ciclismo nacional, la emoción era máxima y los vecinos salieron a la calle entre pitadas y banderas tricolores con el nombre de su ídolo.
El excampeón de la Vuelta al Ecuador Franco Rodríguez, quien lucía una mascarilla amarilla del Tour, calificó de “histórica” la participación de Carapaz y resaltó que después de que su equipo le diera libertad para buscar la etapa, “la asumió de buena manera”, como se ha visto en los últimos tres días de la semana.
Cristina Carapaz, hermana del ciclista que suele entrenarse a una altura superior a los 3.000 metros, resaltó que este venía peleando por el triunfo.
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