Rolando Vera: “Han pasado 35 años de mis San Silvestres, no cambiaría nada”
El corredor ecuatoriano que marcó un hito en la prueba brasileña dice haberse retirado en activo para así ser recordado
Pese a que Rolando Vera está retirado del atletismo desde hace rato, para esta fecha sus recuerdos lo trasladan a 1986, 87, 88, y 89, época en la que el ecuatoriano ganó cuatro veces consecutivas la Carrera Internacional de San Silvestre, en Sao Paulo, Brasil, que se celebra anualmente desde 1928 y que hasta 1988 se disputó a las 23:30 del 31 de diciembre.
Uno de los fondistas más laureados en la historia del país vivía diferente esta festividad en su época activa. Mientras las familias ecuatorianas se reunían para cenar, quemar el monigote y recibir el nuevo año, Vera estaba concentrado y realizando sus trabajos de estiramiento para participar en la competencia urbana, que fue creada por el periodista brasileño Cásper Líbero y que es organizada por el periódico Gazeta Esportiva, de Brasil.
- ¿Cómo llegó a la San Silvestre?
- Tenía como referencia esta carrera porque muchos deportistas ecuatorianos la disputaban. Los mejores se preparaban para ella todos los años. La primera vez que fui quedé en segundo lugar, pero después gané cuatro medallas de oro a años seguidos, una gesta muy importante para el deporte ecuatoriano.
- ¿No le importaba sacrificar las fiestas de Fin de Año?
- Cuando uno tiene el deber de defender los colores de su país no hay fecha para competir. Como buen soldado, me preparaba meses antes para estar en las mejores condiciones en diciembre y poder dar una alegría a todos los ecuatorianos. Las carreras las hacían media hora antes de la medianoche de cada 1 de enero. Mientras las demás personas se preparaban para el Fin de Año, yo estaba calentando para correr.
- ¿Qué hacía después de la carrera?
- No se podía descansar ni celebrar porque había que cumplir con un itinerario y luego con una serie de ruedas de prensa. Ya después de todo esto me iba a descansar y al siguiente día seguía con mi entrenamiento, como un día normal. Cuando salía del hotel veía que las personas seguían celebrando el inicio del nuevo año, bailando en la calle. Era Brasil. Sin embargo, darles a los ecuatorianos esta alegría era para mí una muy buena razón para empezar el año con alegría. Yo recién festejaba cuando llegaba a Ecuador, porque toda la gente me felicitaba por el logro.
- ¿Cuál fue la carrera que considera que lo marcó?
- Fue la tercera (1988) porque tuve una aparatosa caída en medio de la competencia. En ese momento, solamente me levanté con angustia, lágrimas por el dolor y me fui a buscar el triunfo, porque todos en Ecuador estaban expectantes de mí. Siempre hubo muchos medios de comunicación transmitiendo mi carrera y no podía desistir.
- ¿A qué se debió la aparatosa caída?
-No me partí la cabeza como se decía, pero tuve un golpe fuerte que ocasionó que me corriera sangre por el rostro mientras corría. Solo fue un rasguño y esas son las marcas de un combatiente que sale a buscar y luchar por los colores patrios. No fue la única (herida) que me hice a lo largo de mi carrera.
- ¿Por qué no siguió participando?
- Tenía todo para seguir, pero quería que el Ecuador entero me recuerde así, ganador, activo y en plenitud de condiciones. Decidí ya no participar a pesar de que los organizadores me triplicaban el premio de ganador; ellos querían que siga.
- Si volviese el tiempo atrás, ¿volvería a participar en la San Silvestre?
- Me perdí varias fiestas de Fin de Año, pero no me arrepiento para nada de haberla corrido. Ya han pasado 35 años de estos logros y los sigo apreciando como algo histórico para Ecuador, siendo una de las razones que me impulsan a seguir trabajando como impulsor de los nuevos talentos que salen. Sin duda, volvería a esa travesía.
- ¿Cómo tomó que lo llamaran el Chasqui de Oro?
- Es un gran reconocimiento, aunque parezcan dos palabras sin sentido. Recuerdan a un personaje tan importante en Ecuador como el chasqui, y que me digan de oro es un calificativo hermoso, un gran piropo que me gané gracias a mis luchas. El apodo resume todo lo que hice durante mi carrera.
- ¿Considera que quedó debiendo en algo su participación en Juegos Olímpicos?
- Participé en tres (Seúl 88, Barcelona 92 y Atlanta 96). Sin embargo, las personas siempre se acostumbraron a ver a un Rolando Vera exitoso, sin importar la competencia a la que fuera; pero no era fácil, porque había especialistas para esas pruebas que eran muy importantes en el mundo. Hubo muchas situaciones personales que no me dejaron demostrar mi verdadero nivel... Esa también fue la razón por la que decidí retirarme del deporte.