Rosa Tenorio, diploma al juego limpio
Nueve años pasaron para que la pesista retirada logre el galardón gracias a un barrido de dopaje a sus competidoras. Considera que su vida pudo ser diferente sin la trampa de sus rivales
Las palabras salen como ráfaga de la boca de la pesista Rosa Tenorio cuando habla de deporte, incluso a veces hasta se atropella entre tantas ideas en su cabeza. Es que al recibir su diploma olímpico tras nueve años por un barrido de dopaje de sus competidoras siente que tiene la apertura que antes le hacía falta y dice muchas cosas que tenía guardadas.
La fortaleza mental es una de las bases para su éxito deportivo
Leer másFue en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 que ella finalizó en el lugar 11, sin embargo, ya observaba que sus adversarias “levantaban pesos increíbles”, algo que lo consideraba “extraño”. Rosita, como le dicen cariñosamente, recuerda las interminables jornadas de entrenamientos y lo que debía esforzarse para mejorar sus marcas.
“Una que entrena sabe sus posibilidades, en arranque por ejemplo, algunas competidoras nos llevaban como 50 kilos de ventaja a las demás, de ley sabíamos que algo raro estaba pasando, pero Dios es justo y nos ha dado el diploma”, comenta Tenorio a EXPRESO, no sin antes recalcar la felicidad que siente por el reconocimiento que llegó tras una larga espera y sobre todo, dándole preferencia al juego limpio.
“La verdad ha sido una lucha constante, felizmente el juego limpio se ha reflejado”, dice la actual licenciada en Cultura Física, siendo una fiel creyente de una de las misiones del deportista es darle alegrías a la gente, pues siente que “un atleta de alto rendimiento se debe a los demás, para hacerlos felices, al menos en el deporte”.
Incluso, en esa vorágine de emociones, le es imposible dejar de mencionar a pesistas como Alexandra Escobar y Seledina Nieves y confía en que “con el barrido de dopaje que se está haciendo” puedan alcanzar una medalla olímpica.
Actualmente, a sus 36 años y retirada del deporte competitivo desde el 2015, relata que tiene secuelas de lesiones porque levantar tanto peso “rompe los huesitos”. Nada le quita de su mente que si no existiera la trampa con el dopaje su vida sería un poco diferente ahora, pues “tal vez ganaba una medalla que me asegure una pensión vitalicia”, esa por la que tanto reclaman ella y muchos de sus compañeros. Pese a ello, es fiel creyente que no solo deben considerarse las preseas a la hora de otorgar beneficios para los deportistas que han representado al país.
“A nosotros desde hace mucho tiempo atrás nos hacen la tabla de valoración para obtener la beca del Ministerio del Deporte, pero ellos no están pendientes de que uno ha puesto la ‘berraquera’ en cada competencia, ha sacrificado mucho lejos de la familia, es justo que tengamos un retiro digno”, sostiene Tenorio, quien junto a sus dos hijos y su cónyuge, celebró el diploma que al fin llegó.
Ecuador, la hora del relevo generacional
Leer más“Me pasaron un mensaje del Comité Olímpico Ecuatoriano y pusieron día y fecha para poder irlo a ver. Estaban haciendo los estudios, esto ya viene desde mucho tiempo atrás, desde cinco juegos anteriores se estaban conociendo casos de doping, y ahí tenía un poco de esperanza de que pueda caer un diploma olímpico y así fue, quiero que continúe la lucha por el juego limpio”, comenta la atleta nacida en Guayaquil.
La halterofilista ve con buenos ojos que el actual ministro, Sebastián Palacios, se reúna con exdeportistas para tratar este tema y tiene fe que esto va a cambiar. Hasta que eso pase, sigue con un contrato temporal en una escuela donde se encarga de la parte física de los estudiantes, sin embargo considera que todos aquellos atletas que representaron al país internacionalmente deben ser considerados “para los semilleros y sacar a los nuevos valores, porque tenemos la experiencia”.
Rosa se siente orgullosa de la participación de Ecuador en los Juegos Olímpicos de Tokio y dice que la cosecha de medallas para el país en esta disciplina no quedará ahí. “Me puse muy feliz con las preseas de Neisi Dajomes (oro) y Tamara Salazar (plata), ahí hay madera para rato, si quiera unos tres Juegos más tenemos oportunidades de lograr más podios con ellas”, dice con seguridad la pesista, mientras sostiene su diploma, ese por el que luchó más de 25 años y que ahora es su bandera para que exista un juego limpio y así mismo, que los deportistas ecuatorianos tengan un mejor futuro cuando dejen la actividad.