Rosalba Chacha
Rosalba junto a su hija Génesis y su mascota en uno de sus últimos entrenamientos en Los Chasquis, en Quito.Angelo Chamba / Expreso

Rosalba Chacha y el preinfarto que le cambió la manera de ver el atletismo

La maratonista tricolor vivió un duro momento con su hija, por el cual se retiró; volvió por ella a sus últimos olímpicos

El ciclo olímpico que empieza esta temporada para Rosalba Chacha tendrá nombre y apellido: Génesis, su hija. Tras competir en París 2024, una de las fondistas más experimentadas aún activas del país anunció su retiro del deporte, luego de que su primogénita, con solo 18 años, sufrió un preinfarto.

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La primera reacción de la atleta fue culparse por lo sucedido, de ahí que la idea de despedirse se dio; sin embargo fue la misma Génesis Catota, quien la motivó a iniciar un nuevo ciclo olímpico.

De cumplir su cometido, Chacha estará en Los Ángeles 2028, a donde llegaría con 45 años. “Tomé la decisión de retirarme porque pensé que han sido tantos años de no estar con ella todo el tiempo, de no estar en los momentos más importantes que me eché la culpa. Me perdí cumpleaños, y lo último, su graduación, pese a que estaba todo planeado para estar con ella”, cuenta Rosalba.

La fondista explica que todo sucedió antes de los Juegos Olímpicos de París, cuando la joven se graduó del colegio y ella pensaba ir al evento. Primero estaba previsto que Rosalba viaje a París con su esposo y entrenador, Jaime Catota, luego de la graduación; pese a ello, un cambio en el itinerario del equipo nacional hizo que al final no pueda acompañar a su hija.

Aunque Génesis entendió la situación, sufrió un preinfarto en su casa, sola, acompañada únicamente por su mascota. Cuenta que la joven actuó rápido cuando empezó a sentir que su cuerpo se paralizaba y llamó a una prima paramédica, quien le dio atención para evitar algo más grave.

Todo esto ocurrió dos días antes de que Rosalba compitiera en París, por lo que desde Ecuador prefirieron no darle la noticia.

“Al parecer todo estaba bien, yo desde el campamento en París hablaba con ella y, aunque me decía que todo estaba en orden, mi corazón de mamá presentía algo. Traté de no pensar en eso, competí, ya al llegar a Ecuador me contaron que mi hija había tenido un preinfarto”, relató Rosalba entre lágrimas.

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Según demostraron estudios posteriores, la joven presentaba una profunda depresión que la llevó a un ataque de pánico, que al final terminó poniendo en riesgo su vida. Fue entonces que Rosalba dio por terminada su carrera. “Me sentí la madre más irresponsable, porque no estuve con mi hija. Me dolió tanto y fue que ahí dije: se acabó, me despido. Creía que todo era mi culpa, por no estar, por dejarle sola. Fue tan duro, no quise saber del entrenamiento, de nada”, comentó.

El momento significó un duro remezón para la familia. Tras los estudios médicos Génesis y la familia empezaron un trabajo psicológico profundo con terapias grupales que ahora todos mantienen y que han sido fundamentales para la recuperación.

Regreso a las pistas

Rosalba Chacha
La fondista tricolor (c) entrena localmente en la pista de Los Chasquis. Cumple con trabajos a doble y triple jornada buscando su puesta en forma.Angelo Chamba / Expreso

Tras “el momento más difícil de su vida”, como lo resume, Rosalba retornó a los entrenamientos con el primer objetivo: lograr la marca para el Mundial de Atletismo de este año.

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Como preparación, Chacha ya subió al podio en la media maratón de Miami con un segundo lugar, marcando 1 hora, 15 minutos y 38 segundos; después estuvo midiéndose en un evaluativo nacional en la pista de Los Chasquis en Quito, mientras que el último fin de semana participó en la Maratón de Sevilla (España), en lo que fue la que primera competencia buscando la marca clasificatoria. Pese a ello Rosalba no tuvo una buena jornada y resultó lejos de su mejor tiempo.

La fondista está consciente que el reto a sus 42 años será más duro, pues, de paso, la Federación Internacional de Atletismo sigue en un plan de ir colocando marcas más complicadas en todas sus disciplinas. “Ya pasó en París. El registro era de 2:26:50 (yo hice 2:26:30 para clasificar), pero ahora la redujeron a 2:23:00”, detalla la atleta.

A la complejidad deportiva se suma también la económica, pues los recursos del Plan de Alto Rendimiento no llegan pronto en el primer trimestre del año, lo cual limita las competencias o campamentos. Por ejemplo: “en la última competencia en Sevilla, España, no tenía los pasajes a días de viajar. Finalmente lo resolvieron”. Chacha hace un llamado a una mejor planificación, pues es necesario contar con los recursos de manera anticipada.

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