Pateado Tachos: Ecuador necesita un liderazgo inquebrantable
Análisis: Saber marcar es saber a quién se marca. No todos los jugadores son iguales. Messi, desdibujado.
Ecuador salió con defensa agresiva, orientada hacia el balón; manteniendo el bloque muy sólido, corto y estrecho. Cuando el rival conseguía el esférico, su ataque era muy vertical; mientras que los pases y desmarques horizontales eran evitados.
Los argentinos en el último tercio tuvieron poca participación. Y es que saber marcar es saber a quién se marca. No todos los jugadores son iguales. Messi, desdibujado. Pocos toques de balón: 32. El buen planteo lo anuló.
Defenderse bien no era solo quitarle el balón al rival, era tratar de impedir que Lautaro Martínez, Nicolás González y Messi tengan el arco en la mira, que accedan a la portería. En ese plan, Ecuador llevaba el bloque hacia adelante, con rapidez para respaldar el ataque. Ningún jugador era más importante que todos juntos.
En el arco, Dibu Martínez desde el arranque le bloqueó un mano a mano a Jeremy Sarmiento. Se la sacó con el pie.
Cuando la estrategia de pelota parada llegó desde el córner, Messi lanzó cerrado al primer palo; entonces Moisés Caicedo no se anticipó a la peinada de Mac Allister, y Lisandro Martínez, vacío de marca, metió un testarazo; Torres no lo referenció. Un nuevo descuido en la toma de hombre dentro del área nos costó un gol.
Brazo abierto de De Paul: penal. Enner remató de rastrón, y al arquero Martínez le ayudó el palo. Argentina pausaba mucho el partido, eso ayudaba a que Ecuador se ordene más rápido y que Sánchez Bas demorara las variantes recién al minuto 60 de manera urgente.
Si bien el fútbol es arrítmico, nosotros jugábamos a un solo ritmo. Ya cuando fue notorio, el entrenador se animó a los cambios: Kevin Rodríguez por Páez, Minda por Sarmiento, Mena por Enner a los 80’, Jordy Caicedo por Franco a los 87’ y Yeboah por Gruezo. Entonces Ecuador decidió llevar la pelota al área rival y aparecieron las llegadas múltiples, la variabilidad de la velocidad y la finalización. Tuvo control del partido y del balón.
Yeboah finalmente la puso para el cabezazo de Rodríguez, quien borró a Otamendi: empatábamos 1-1 (90’). El Dibu en los penales les ganó el duelo a Mena y Minda: 4-2. Necesitamos un liderazgo rebelde para alcanzar nuestro potencial.
