Sociedades anónimas, las dos caras de la nueva estructura del fútbol ecuatoriano
LigaPro asegura que ya existe la base legal para iniciar, los equipos toman esta posibilidad con cautela debido a todo lo que implica
LigaPro anunció la aprobación de un acuerdo ministerial, emitido por la Secretaría del Deporte, para que los clubes puedan convertirse en sociedades anónimas.
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Leer másPero, todavía no está dicha la última palabra. Para el jurista deportivo, Celso Vásconez, no hay la base legal para las sociedades anónimas deportivas. “La Secretaría del Deporte tiene competencia en asuntos deportivos, no mercantiles ni societarios. Para eso está la Superintendencia de Compañías, hay vacíos”, dijo en La Red.
En respuesta, el presidente de LigaPro, Miguel Loor, insistió en que todo está en orden y hasta mostró documentos.
Lo único cierto, ahora, es que cuando todo esté regulado, los clubes tendrán la última palabra sobre la estructura que manejarán.
En ese sentido, Emelec lo tiene claro: no se convertirá. “Las sociedades deportivas sin fines de lucro, como las nuestras, no son sujetos pasivos de impuesto a la renta, entre otros; las sociedades anónimas sí y también sujetas a control de la Superintendencia de Compañías y otros organismos no deportivos”, señaló su presidente, Nassib Neme.
Además, él recordó que en caso de que las cosas no resulten la única salida es la disolución.
Las autoridades de control societario no están en condiciones de flexibilizar decisiones respecto a escenarios económicos adversos en una sociedad anónima, aunque esta tuviera como fin el deporte y entretenimiento.
Para Neme es importante el escenario. “Los países donde funcionan las sociedades anónimas en clubes de fútbol gozan de un mercado de capitales infinitamente mayor al nuestro, diría que acá el mercado de capitales es diminuto, aproximado a inexistente”.
De todas maneras, cree que es bueno contar con una herramienta nueva.
En eso coincide con el directivo de Liga de Quito, Esteban Paz. “El proyecto es importante y necesario para los clubes que lo quieran implementar, tiene beneficios, ya que les permite ser administrados de una forma más empresarial”, inició.
Aunque, también encuentra reparos. “Es posible que intereses que no sean la búsqueda de un fair play deportivo/financiero entren en escena. Esto se ha visto en Chile, ha provocado que muchos empresarios se adueñen de equipos para convertirlos en el motor de sus propios ingresos y no revertir esto en un crecimiento institucional o deportivo”.
Son dos caras de la moneda y hay que tener en cuenta eso para analizar si conviene dar el paso y que candados se colocan para limitar la utilización de los clubes como plataformas de beneficios individuales”, concluyó el directivo albo.
LOS CUESTIONAMIENTOS:
A FAVOR:
Ingresos: Es un mecanismo que permite invertir en el fútbol a otras organizaciones o personas, con la posibilidad de adquirir un control en las decisiones internas que se tomen.
Claridad: Las cifras deben exponerse a las entidades de control, por lo que terminarían las trampas como dobles contratos o firmas de roles de pago de los jugadores sin haber recibido el dinero.
Estructura: Hay clubes que se manejan todavía bajo la fórmula de mecenas y acumulan deudas. La sociedad anónima permitirá una nueva estructura institucional, mucho más diversa.
EN CONTRA:
Impuestos: A diferencia de las entidades sin fines de lucro (clubes hoy) las sociedades anónimas están sujetas a control de la superintendencia de compañías y más organismos no deportivos.
Disolución: Los clubes con patrimonio negativo o con relación pasivo - patrimonio deficitario caen en causal de disolución automática. No hay mayor espacio para maniobrar en ese caso.
Exposición: Los clubes quedan expuestos a los intereses de terceros, quienes no necesariamente buscarían un fair play deportivo/financiero, sino poner al club a trabajar para sus intereses.
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