El sóftbol se niega a morir en Guayaquil
Aficionados disfrutan de las veladas nocturnas. El miércoles, Pipes Club se coronó campeón de la Copa Salas ante Amigos del Sur
Silvia Buonarrotti y su sobrina Jessenia Calle, de 36 y 27 años, respectivamente, llegaron a Guayaquil en 2012, procedentes del Oriente. Se declaran amantes del clima, la comida, pero sobre todo porque en la ciudad se realizan torneos femeninos amateurs de sóftbol, disciplina que practican desde que llegaron al Puerto Principal.
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Leer másY es que tanta es su afición por la actividad que la noche del miércoles 21 de septiembre decidieron salir de su casa a ver partidos de esta actividad a quedarse acostadas viendo televisión. Fue así que fueron a parar a la cancha central del Parque de la Kennedy, al norte de Guayaquil, donde se disputaba la final del torneo masculino Copa Salas entre las escuadras de Pipes Club y Amigos del Sur.
“Nosotras no somos hinchas de ninguno de los equipos, tampoco conocemos a los jugadores, pero venimos porque nos gusta este deporte. Si nos quedamos en la casa no hacemos nada. El sóftbol es entretenido, algo diferente al fútbol. Acá se nos pasa el tiempo muy rápido”, dijo Buonarrotti, quien reside en Chongón.
“Así se juega, muchachos”, “buena atrapada”, “buen batazo”, “estírate y tírate para que llegues”, se le escuchó gritar durante el juego, desde las gradas del ‘diamante’ de la Kennedy. Ella no conocía a nadie, pero la emoción hizo que viviera el choque como si estuviera vibrando por su equipo.
“Este deporte debería tener más apoyo, se lo debería tener más en cuenta. No tenemos una selección femenina por falta de apoyo, pero hay muy buenas jugadoras. Vine hace diez años a ver un partido y me gustó, pero en todo este tiempo no he visto que se le haya dado importancia”, acotó Buonarrotti.
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Leer másLa noche del miércoles, Pipes Club se consagró campeón del torneo masculino amateur Copa Salas de la Liga Miguel Valero, luego de ganar dos de los tres partidos que disputaron en la final ante Amigos del Sur. A nivel individual, el trofeo del jugador más valioso de la competencia (MVP) fue para Manuel Abril, de Pipes.
Jessenia Calle, otras de las espectadoras orientales, ponderó el nivel del espectáculo y coincidió en que se debe potenciar más la práctica. Ella empezó a jugar sóftbol en 2012. Se enganchó ‘de una’ apenas llegó a Guayaquil, sin embargo, al año siguiente (2013) ya no pudo seguir practicando porque regresó al Oriente, lugar donde no se desarrolla esta disciplina.
“Recién hace seis meses volví a jugar, porque en el Oriente no hay este deporte. Busqué equipos, pero nunca encontré. En la única ciudad que he visto que juegan torneos de sóftbol femenino es acá”, acotó Calle.