Mujer Trabajadora: resiliencia y pasión por el balón en la cuna de Moisés Caicedo
El barrio que vio nacer al referente de la Tricolor, en Santo Domingo, se fundó hace 30 años en honor a las líderes de hogar
Esfuerzo, resiliencia y una profunda pasión por el fútbol. Estas cualidades no solo describen a Moisés Caicedo, quien actualmente disputa con la selección ecuatoriana la Copa América, sino que también resumen el espíritu del barrio Mujer Trabajadora, en Santo Domingo.
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Leer másEXPRESO tuvo la oportunidad de visitar la cuna del Niño Moi, donde las mujeres han jugado un papel fundamental en la construcción de la comunidad.
Y es que el nombre del barrio no es una coincidencia. Hace 30 años, la visionaria líder Dolores Benítez impulsó su creación con el objetivo de brindar un espacio donde las mujeres fueran reconocidas por su esfuerzo. Benítez logró lotificar las invasiones familiares y distribuyó los terrenos exclusivamente entre mujeres.
La vida de Carmen Corozo, madre del Niño Moi, es un ejemplo de las decenas de historias que abundan en el lugar. Doña Carmen, como la conocen cariñosamente sus vecinos, se dedicó a diversos emprendimientos para sacar adelante, junto a su esposo Segundo Caicedo, a sus diez hijos.
Vendía flores, caramelos, velas y lavaba ropa. Una muestra de perseverancia y sacrificio que ha inspirado a generaciones en el sector.
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Leer másA dos minutos a pie del Mujer Trabajadora, se encuentra el sector Virgen del Cisne. Sandra Herrera, presidenta del barrio, lidera un grupo de mujeres peloteras entre los 12 y 43 años. Cada tarde disputan emocionantes partidos de fútbol en la cancha El Hueco. De lunes a sábado, los ‘peloteos’ son sagrados y los domingos se reservan para campeonatos barriales.
“Como en la Mujer Trabajadora no había canchas, vinieron al Virgen del Cisne. He formado parte de la directiva y hemos tratado de mantener estas canchas activas para que los niños y las personas adultas puedan ejercer este lindo deporte”, explicó.
Herrera resaltó que no hay distinción de género en el fútbol. Recordó con cariño la época que compartía cancha con los hermanos Caicedo Corozo, incluyendo a Moisés.
“Siempre hubo la mezcla de jugar con hombres y mujeres. Jugábamos con los hermanos Caicedo y con Moisés también. A él le gustaba socializar. Nos incluía y nos daba la confianza para seguir jugando. Otros chicos, en cambio, se llevaban el balón y nos dejaban a un lado”, acotó.
En la Mujer Trabajadora, el fútbol se ha convertido en un símbolo de unión, donde las mujeres ejercen como líderes, deportistas y pilares de la comunidad.
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