Yaguachi tiene a su ‘mini-Messi’ en la Copa Extra
Israel Llerena es una de las promesas del fútbol ecuatoriano y su talento se lo ve en el torneo Ciudad de Milagro en la Copa Diario Extra
En cada cascarita repite el nombre del astro argentino. Tiene siete años y por su excelente dominio del balón, agilidad en la cancha y la motivación que le comparte a sus compañeros, Israel Segundo Llerena Rendón ha sido nombrado como el ‘mini-Messi ecuatoriano’ en el torneo Ciudad de Milagro Copa Diario Extra.
Nacido en el recinto Buenos Aires, del cantón Yaguachi, Israel es el último de tres hermanos. Su madre, Edilma Rendón, lo acompaña a los entrenamientos los lunes, miércoles y viernes. Le gusta verlo jugar y admira cómo, en la escuela de fútbol Los Tigrillos, demuestra su talento con el balón.
“Me emociona verlo divertirse, ya que disfruta cuando juega con sus amigos”, dice emocionada, al tiempo de mostrarse orgullosa cuando comparan a su hijo con el futbolista argentino.
Y es que el fútbol viene de familia. En el recinto donde nació Israel no conocen otra distracción que la pelota. Cuando termina sus estudios acude a la cancha de índor para jugar con sus primos y amigos.
“Ahí lo cuido mucho porque no quiero que se lastime sus pies”, enfatiza Edilma. Por parte de los tíos de Israel hay quienes se han dedicado al fútbol por años y, aunque no han logrado ser profesionales, han demostrado ser muy buenos jugando pelota.
El entrenador del ‘mini-Messi’, Javier Montero, resalta que es un niño con muchas condiciones para el fútbol. No solo es goleador, sino que, además, asiste para que sus compañeros puedan anotar en el arco contrario.
“Es tan bueno que se ha ganado el aplauso y respeto de la barra contraria en algunos encuentros”, dijo.
De ahí que se atreven a compararlo con Messi, por su buen dominio del balón, por su agilidad y porque pareciera ser que la pelota no se le despega de sus pies.
En cada encuentro deportivo, la madre del niño que viste la camiseta con el número 10 de su equipo lo observa desde las gradas, lo alienta y le da ánimos. Cuando termina el partido, inmediatamente le retira los zapatos y le coloca unos de caucho para que se sienta más cómodo.
