Yankees, mujeres sin miedo al deporte
Un equipo de sóftbol, integrado por amas de casa, oficinistas y profesionales, tiene en la actividad su terapia diaria. Desde 2014 trabajan el espacio que ya se ganaron
Margarita Rotter, de 52 años, taxea unas 10 horas al día. Cuenta que es su fuente de ingreso, además es madre de familia y abuela. Pese a ello, luego de la jornada laboral, alrededor de las 18:00, se pone ropa deportiva y salta a la cancha de sóftbol del parque de la Kennedy, al norte de Guayaquil, para adoptar una faceta que lleva consigo desde hace más de 40 años que llegó al país, desde su natal El Salvador.
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Leer másEn el escenario la esperan una docena de mujeres más. Son oficinistas, amas de casa y profesionales. Ninguna con etiquetas, solo son amantes de la ‘pelota chica’, que en 2014 decidieron formar un equipo de sóftbol al que denominaron Yankees, y que con el tiempo se ha convertido en una “terapia” de vida.
Entre ellas no hay deportistas consagradas, ni de alto rendimiento; más bien son mujeres comunes que decidieron hacer ejercicios para mantenerse en actividad.
“Trabajo todo el día porque el taxi es alquilado, entonces debo aprovechar el tiempo. El sóftbol siempre ha sido mi terapia; el deporte que me hace olvidar de los problemas y me divierte. Aparte, hay que hacer deporte para no oxidarse”, dice entre risas la salvadoreña, quien llegó al Puerto Principal en 1982.
La práctica empieza puntual. A las 19:30, sin necesidad de que el entrenador Miguel Valero les diera las instrucciones, todas ya estaban formadas para calentar. Cogieron su gorra, su guante y empezaron a bolear.
Actualmente, el equipo lo integran 25 jugadoras que se estaban preparando para acudir a un torneo en Panamá, en noviembre próximo, pero no podrán asistir por falta de recursos.
“Trabajábamos fuerte porque queríamos hacer un buen torneo, pero lamentablemente no podemos ir. No reunimos el dinero suficiente y los pasajes ya están más caros. Igualmente, el entrenamiento realizado nos sirve para jugar otros torneos amateurs”, precisó Valero, quien supervisa cada uno de los movimientos de las softbolistas.
Entre las cosas a destacar por el equipo está que cada vez más hay más mujeres que practican este deporte, algo que les ha permitido tener mayor nivel en las competencias.
“Actualmente, hay bastantes equipos de mujeres. Antes se sufría para armar un equipo titular, pero ahora se puede tener hasta suplentes. Con muchas compañeras coincidimos en que este deporte nos ayuda a salir de la rutina”, dijo entusiasmada Rotter.
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Leer másHistorias como las de Margarita hay varias. Por ejemplo, Wendy Figueroa, de 28 años, se vio obligada a dejar el sóftbol porque quedó embarazada de su pequeño hijo Dylan (actualmente de 3 años) y su expareja no la apoyaba para que pueda entrenar, aún cuando ella empezó a practicar el deporte desde que estaba en el colegio.
“A la persona con la que estaba no le gustaba que viniera, no me acompañaba, ni apoyaba, por eso dejé el deporte. Pero me di cuenta de que esto es mi pasión y decidí volver el año pasado. A mi bebé lo suelo traer a los entrenamientos, él se divierte mucho. Ya hasta quiere jugar conmigo”, destacó entre risas.
El entrenador de Yankees destaca a las féminas amas de casa y no profesionales, por encima de los hombres. “Las mujeres son muy responsables. Si el entrenamiento es a las siete de la noche, ellas empiezan a llegar desde las 18:30. En cambio, los hombres llegan cuando ya ha empezado la práctica. Ellas también son muy atentas con las instrucciones”, precisó Valero, quien seguirá entrenándolas y dirigiéndolas hacia una ‘válvula de escape’ confiable y segura, el deporte.