La zona mixta del último partido de Ecuador, un pasillo de tristeza absoluta
Los jugadores de la selección nacional se dejaron ver devastados antes de regresar al país. La Tri dejó Qatar con el corazón partido
Se llama ‘zona mixta’ o ‘Mixed Zone FIFA’, como dicen los carteles en la sede oficial. Y pese a ser el pasillo por donde caminan los jugadores después de los partidos para ser entrevistados por los medios de comunicación, el martes 29 de noviembre fue para los tricolores el camino más largo y engorroso tras la eliminación del Mundial a manos de Senegal.
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Leer másEl pasillo tenía varias vueltas, de ahí que tras una derrota a los futbolistas el andar por ese lugar se les hace interminable y parecería que solo quieren salir corriendo. En el caso de Ecuador, los jugadores pasaron tres veces por zonas mixtas, es decir la cantidad de partidos que disputaron. Las dos primeras, después de los partidos ante Qatar y Países Bajos, estuvieron llenas de alegría. Sin embargo, en la última predominó la tristeza.
Se notaba que habían llorado en la cancha, también en el camerino y que la ilusión destrozada de clasificar no solo a los octavos de final sino también a cuartos, los había dejado devastados, con el corazón roto.
La cara de alegría de Enner Valencia, esa a la que se habían acostumbrado los hinchas en 180 minutos con sus tres goles, era otra. Sus ojos rojos lo decían todo. El goleador se despedía de los Mundiales sin saber lo que es pasar una fase de grupos.
“Perdón por no poder pasar a la segunda fase, hicimos todo lo posible”, manifestó mientras se tomó la barba y caminó, tratando de acelerar el paso, pero las callecitas se le hicieron interminables.
Ángel Mena, por su parte, no entendía nada, no sabía a qué había ido y hablar le era imposible. No tuvo minutos durante el Mundial y al salir su semblante fue más bien de impotencia.
En cambio, Allan Franco miraba de reojo las paredes llenas de los auspiciantes de la FIFA, como buscando una explicación; mientras que Alexander Domínguez, uno de los más experimentados, al ver que ninguno de sus compañeros hablaba salió a calmar el ímpetu de los periodistas ávidos de respuestas con un “la vida sigue”.
Djorkaeff Reasco era el más irreconocible. Durante el Mundial fue el más bromista y cercano con los profesionales de la comunicación, siempre con una sonrisa; pero en ese momento salió completamente serio y era evidente que había llorado.
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Leer másFélix Torres apareció con los ojos hinchados, pero fue uno de los pocos que saludaron a todos. Al ser cuestionado, intentó detenerse, pero la impotencia interna pareció decirle que siga y comentó: “Lo sentimos muchos, no se pudo”. Al final no aguantó más y rompió en llanto, pero ya no tenía lágrimas, solo las ganas de caminar.
Es que todo se asemejaba a un funeral. Carlos Gruezo caminó a paso rápido, levantó la mirada y saludó en voz baja diciendo: “(Quiero) Darles las gracias a todos los que hicieron su esfuerzo por venir y a todos los ecuatorianos”.
Chiqui Palacios, también con los ojos llorosos, no tenía ánimos ni de caminar. Lo hacía despacio, como si no quisiera irse de Qatar, pero el resultado decía lo contrario.
Cabe mencionar que en las zonas mixtas no está permitido tomar fotos ni grabar videos, salvo los medios que tienen la licencia exclusiva para ello. Total, ¿para qué?, si más había caras desencajadas.
Ecuador se marcha de Qatar 2022, ya no se verán más las camisetas amarillas. Se apagó el ‘sí se puede’, se fue la ilusión. Aunque se soñó por un rato, el despertar fue doloroso. Ahora solo queda trabajar para el 2026. Los jugadores ya lo asimilarán.