Celebró sus cien años bailando 'hasta las 15'
Enriqueta Pérez tuvo 15 hijos, 21 nietos, 16 bisnietos y suma 52,5 millones de minutos de vida.
Tiene 100 años y para celebrarlos bailó hasta las 02:00. Enriqueta Pérez viuda de Cajas es una guayaquileña alegre, mujer de fe y con un corazón lleno de bondad. Así la describen sus nietas, Mercedes y Gisella Miranda.
Enriqueta, a quien amorosamente sus familiares y amigos la llaman “Quetita”, goza de muy buena salud, lo que le permite disfrutar de los programas de la tercera edad que ofrece el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social, tales como ejercicios físicos y bailoterapia.
Quetita asiste a misa tres veces por semanay y gusta de hacer ceremonias religiosas de acción de gracias para los cumpleaños y aniversarios de boda de sus familiares. Enriqueta Pérez viuda de Cajas, tuvo la bendición de traer al mundo 15 hijos, actualmente tiene 21 nietos y 16 bisnietos.
La familia entera se reunió hace un aَño para organizar la fiesta, la cual se celebró el fin de semana en un hotel cinco estrellas de Guayaquil. Para el evento asistieron 9 familiares que viven en el exterior. En total, estuvieron presentes 80 invitados.
La costurera que tejió 111 años de vida
Leer másPara Enriqueta todo fue una sorpresa. Ella pensó que ese día asistiría a una cena, pero se encontró con la fiesta sorpresa. ¿Cuál fue su reacción? Sonrió, y mucho, cuentan sus nietas. Agradeció a Dios, a la vida, bailó (y mucho) durante toda la noche.
Mercedes describe a su abuela como una mujer llena de virtudes, que gusta de entregar ayuda para los más necesitados. Y se preocupa de que siempre haya un espacio en su mesa para compartir con sus seres queridos. En su casa nunca puede faltar su famosa colada de avena.
Enriqueta quedó viuda en 1979, su esposo falleció en un accidente. El era ebanista de profesión y propietario de una mueblería en el centro de la ciudad. Él fue quien siempre aportó el dinero para mantener a la familia. Ella se encargaba de la administración del hogar.
“Cuando iba al almacén de muebles en diciembre, se encargaba de compartir su comida navideña con todos sus colaboradores y vecinos”, cuenta Gisella con mucho amor.
Con 52,5 millones de minutos de vida, Enriqueta, quien vivió toda su vida en el centro de la ciudad, nos demuestra que sus virtudes no solo ayudan a tener una familia bendecida, sino también a tener la energía física para celebrar desde las 20:30 hasta las 02:00 sus 100 años.