Especial Guayaquil 2020: la ciudad renacida que aprendió a levantarse sola

Replantear la ciudad es la meta de este 2021. La pandemia de la COVID-19 llevó a la administración a repensar la urbe, aunque sea en papeles, pues ni del Plan Maestro de Guayaquil ni de las ciclovías inconclusas se tuvo noticias recientes estos meses.

Hubo, sin embargo, mejoras en asistencia a salud, con un nuevo hospital en el que Guayaquil debe pagar los recursos humanos, luego de conocerse que el ministerio no quiso.

La ciudad, golpeada, de luto, aprendió este año a levantarse. Parafraseando a la alcaldesa Cynthia Viteri, cuando nadie le dio la mano, esa Guayaquil, valiente, pudo resurgir en una guerra contra la pandemia, en la que no hubo armas, pero sí mucha muerte.

La urbe no pudo superar males pasados. Tras la paralización de actividades, se recrudecieron en todos los polos las actividades delictivas. Y aunque se repotenció y retomó el Plan Más Seguridad, poco se ha avanzado en ese tema.

Los niños de esta ciudad, como los de todo el país, también debieron reinventarse a la fuerza, y a muchos de ellos se les queda debiendo el derecho al acceso a la educación. Son secuelas que tendrán que sanarse los próximos meses. EXPRESO preparó un resumen.

Municipio: Viteri deja su marca en la gestión

Este año fue medular en la gestión de Cynthia Viteri en la Alcaldía. El Bicentenario se opacó y las obras previstas debieron suspenderse.

La funcionaria ha puesto a nuevos directores en Cultura, Obras Públicas, Finanzas, Informática, entre otros departamentos municipales.

La nómina renovada alcanza este 2020 los 49,2 millones de dólares, fuera de la gente que mantiene servicios prestados con el Cabildo.

Viteri también ha reestructurado algunas direcciones y ha reevaluado la operatividad de otras.

La administración le debe obras básicas a la ciudad, como asfaltado, bacheo y arreglo de aceras. La pandemia trastocó la agenda y ahora la meta es ponerse al día. Por otro lado, deja como legado el Hospital Bicentenario.

Movilidad: Lo que se avanzó con un pie se retrocedió con el otro

Aciertos y desaciertos se agendan en la nueva forma de organizar la movilidad en Guayaquil.

El 2020 termina con una Autoridad de Tránsito Municipal más integrada a lo macro, al punto de acaparar la metrovía, que hasta hace un año era un punto aparte en las decisiones de la entidad rectora, y preocupada por hacer respetar el carril exclusivo, acción que estranguló el tráfico y le dio aliento a los planificadores urbanos, que aplauden la medida. Punto para Vicente Taiano, nuevo gerente de la entidad.

Se cristalizó, además, la herencia de Nebot a la urbe, pese a las críticas y advertencias que recibió en los últimos años el sistema de la aerovía, en lo que tiene que ver con su funcionalidad. El transporte que se desplaza sobre el río es hoy, como lo predijeron especialistas, un atractivo turístico que no ha llegado a consolidarse en estos primeros días de funcionamiento como medio de transporte.

Guayaquil toma 20 años de deuda con este proyecto. Pagó el 85 % de 134 millones de dólares y no recibirá ningún beneficio por construirlo. El tiempo se encargará de poner a esta obra en el lugar de la historia que merece.

Si algo dejó la pandemia en materia de movilidad fue la lección de que todos tienen derecho a acceder a diversas formas de transporte. Se vio a muchos apostar por la bicicleta.

Hoy el Municipio apura la construcción de ciclovías, queriendo borrar los errores del pasado. Ese proyecto y el de la troncal 4 de la ‘metro’ quedan pendientes.

Emprendimientos: La creatividad se multiplicó

Haber perdido sus trabajos o el mismo hecho de ahora permanecer más tiempo en casa, motivó a decenas de guayaquileños a descubrir sus fortalezas y emprender.

Este año, EXPRESO ha contado varios casos, y en todos la creatividad ha sido el factor común. Jorge Sotomayor, un productor audiovisual guayaquileño, por ejemplo se convirtió en chef de asados; las adolescentes Gabriela y Fiorella Egas, las ‘Sisters Cooking’ de la ciudadela Matices, así como Nahomi Araujo, cada una por su cuenta, se dedicaron a hornear postres; y Marcos Alvarado le apostó a seguir abriendo cybers, un negocio en peligro de extinción.

Todos optaron, según confesaron, por aprovechar la cuarentena de la mejor manera y cumplir ese sueño de tener un negocio propio.

Educación: Un año de trabas para conectarse y estudiar

Si hay algo que el coronavirus evidenció, es que la ciudad (y el país) no está del todo preparada para que su educación sea online.

Este año, debido a que las clases presenciales se suspendieron, fueron cientos los niños del Puerto Principal que pudieron aprender con ayuda de docentes y líderes comunitarios que en lomas o solares vacíos improvisaban aulas, para que aquellos que no contaban con una computadora o Internet puedan igualarse, también con herramientas que los vecinos les proveían.

Esta situación, a finales de octubre, motivó al Cabildo a contratar a 300 maestros que garantizarían la continuidad educativa de 6.000 niños de 6 a 12 años de Monte Sinaí, apenas uno de los sectores afectados.

Sin embargo ese número resultó insuficiente. Y es que el problema es tan grave que, según cifras proporcionadas por Educación, en el régimen Costa unos 24.760 niños y jóvenes abandonaron este año los estudios, por falta de recursos y las dificultades para acceder a las clases. Sin embargo, los gremios educativos particulares y organizaciones sociales aseguran que esos datos no son reales y que el número de estudiantes desertores es todavía mayor.

Seguridad: Encerrados por el virus y la delincuencia

Este año fueron tantos los robos y muertes violentes y casos de sicariato registrados, que la cúpula de la Policía optó por hacer base en el Puerto Principal y por primera vez en la historia la seguridad de la Zona 8 (Guayaquil, Durán y Samborondón) está en manos de dos oficiales generales.

Pese a ello, la percepción ciudadana respecto al tema no ha cambiando: prevalece el temor, más aún ahora que hasta los menores de edad delinquen y usan armas, como lo ha publicado este Diario.

Frente a ello surgen los reclamos y la exigencia de que, a nivel nacional, cambien las leyes y se endurezcan las penas.