Abandono del centro: el corazón de Guayaquil quiere volver a latir
El centro abandonado anhela ser parte de una ciudad habitable, con más espacios públicos, con sombra y sitios de entretenimiento para el peatón
La falta de un plan de ordenamiento urbano, por parte de esta y de las anteriores administraciones municipales, tiene al centro de Guayaquil abandonado, inseguro, donde predominan las bodegas y no la vida.
Virginia Schneidewind: “Sería un fracaso para la ciudad dejar morir el centro”
Leer másLa ciudadanía quiere recuperar y transformar el corazón de la ciudad que durante el día lo tiene todo, pero que a partir de las 18:30, empieza a morir.
Nadie quiere un centro desolado y silencioso, lo quiere vivo, con luces, sombra, piletas, bancas, áreas verdes, familias enteras caminando, bulla y un corredor gastronómico que invite al turista a sumarse a la diversión.
De la mano de los arquitectos Florencio Compte y Félix Chunga, EXPRESO lidera un concurso para que arquitectos, urbanistas y paisajistas den ideas de proyectos que permitan recuperar el centro histórico limitado por las parroquias Rocafuerte, Carbo y Roca, para que Guayaquil recobre su identidad. La idea es que las familias vuelvan a habitarlo, que sus calles vibren y haya seguridad.
En el centro vive el 0,67 % de toda la población guayaquileña, lo que equivale a no más de 30.000 personas.
Según Compte es poquísima gente si se toma en cuenta que durante el día por la zona circula una población flotante de un millón de personas, lo que hace ver que allí está todavía la ciudad y que, ejecutando los movimientos necesarios, se le puede devolver el grado de importancia que siempre tuvo.
A criterio de expertos en urbanismo y de ciudadanos consultados por EXPRESO, la gastronomía es un factor clave para la recuperación tan anhelada de esta zona.
Un claro ejemplo es la calle Panamá, que dejó atrás su lúgubre imagen y tuvo una metamorfosis donde actualmente se pasea el dinamismo, gracias a los restaurantes, cafeterías y hasta museos que allí se levantan.
Pero más allá de eso, el arquitecto Johnny Cóndor propone que se vuelvan peatonales la emblemática avenida 9 de Octubre, las calles Olmedo, Malecón, Junín y la Quito. “Saquemos el tráfico y convirtamos al centro en un lugar turístico con jardineras, mesas y sillas afuera de los negocios, con juegos infantiles, y que tengan protección con la Policía Metropolitana”, sugiere.
Natalie Wong Chauvet: “Al rescatar al centro se reducen también los atascos”
Leer másPara Daniela Vallarino, también arquitecta, la idea de que el peatón se apropie del espacio da cabida a la comunidad, pero a la par alegra y da vida a la calle, como se lo ha hecho en París, Buenos Aires (Argentina), Barcelona (España) y varias ciudades de Europa. Allí la gente sale, los niños juegan, los abuelos caminan sin miedo. Además, hay cafeterías y restaurantes con vida hasta pasada la medianoche, ya que los barrios no mueren.
Para que regrese el dinamismo en el centro, residentes y empresarios guayaquileños, consideran que se debe poner en marcha incentivos que promuevan opciones para habitarlo e invertir.
Luis Cubillos, arquitecto y residente de uno de los condominios que se levantan en la avenida Malecón, dice que esto se lograría aprovechando aquellos edificios que se encuentran en estado de abandono o los que son utilizados como bodegas, pues esto ha generado que no haya vida en el casco comercial y turístico de la ciudad.
Él lamenta que cada vez haya más bodegas en estos espacios, y es por esto que hace un llamado al Municipio para que promueva una ordenanza en la que prohíba esta situación.