El adulto mayor quiere diversión
EXPRESO dialoga con ellos para conocer qué les hace falta y lo que exigen al gobernante que venga. Quieren espacios públicos donde jugar, bailar, tener paz y hacer amigos
“Realmente no hay espacios exclusivos para nosotros, nos hacen falta lugares para divertirnos, ejercitarnos y aprender cosas nuevas en nuestros últimos años de vida”, dice en tono amable Graciela Ávila, de 76 años, quien se muestra vital, fuerte y hace énfasis en lo que quiere para ella y los adultos mayores de Guayaquil.
Su pedido coincide con el de muchos guayaquileños que sobrepasan los 65 años de vida. Así se lo dan a conocer a EXPRESO, al asegurar que debido a que son escasos o prácticamente nulos los espacios para personas de la tercera edad en la ciudad, urge que el nuevo o nueva gobernante que tenga el Puerto Principal los vea y ejecute obras pensadas en ellos. Pero para vivir, convivir, tener paz y hacer amigos.
El desafío de caminar en una ciudad con rampas tortuosas
Leer másApenas el viernes anterior este Diario publicó un reportaje en el que, en alusión al Día del Padre, que se celebra hoy, decenas de adultos mayores se reunieron para ser homenajeados en la fundación Otoño Inolvidable. Allí, ellos bailaron, retrocedieron en el tiempo y se movieron sin temor. Gritaron, cantaron, compartieron anécdotas. Y eso, argumentan, es lo que necesitan.
Un karaoke exclusivo para adultos mayores con nuestras canciones favoritas, nos haría muy felices a nosotros
Hoy, apenas uno que otro parque les da la oportunidad de reunirse a charlar. Las bancas de la avenida 9 de Octubre también constan entre las áreas a las que acuden con el mismo fin, pero después de eso no tienen nada.
“Nos encanta divertirnos, nos sentimos con vitalidad, pero no tenemos espacios públicos exclusivos, ni siquiera particulares, solo para nosotros. Quisiéramos tener lugares donde haya bailoterapia solo para adultos mayores en los que se toque canciones de nuestra época. Eso nos haría tan felices”, asegura Teresa Onofre, una mujer de 83 años que se confiesa amante del teatro.
Los parques y las calles son los únicos sitios para nosotros. Hacen falta espacios de recreación y esparcimiento.
“Es algo que me apasiona y ya que le cuento sobre esto, admito que me encantaría que exista un teatro o un lugar donde se proyecten obras románticas. Yo recuerdo que cuando era joven actuaba, pero ahora por mi edad ya no hay ningún lugar para ver ni demostrar mi arte”, comenta, mientras recuerda los papeles de actriz que obtuvo en la década de los 60.
“¿Qué tal un karaoke solo para adultos mayores?”, es otra de las opciones que propone la también adulta mayor Bárbara Peñafiel, de 77 años.
En Guayaquil, las personas de la tercera edad suelen reunirse además afuera de la iglesia San Francisco o cerca de la Caja del Seguro, y se vuelven los protagonistas de actos públicos, pero solo en fechas especiales, puntuales. Y eso no es suficiente, aclaran.
Sin límite de edad para volver a ser niño y celebrarlo
Leer másAníbal Jurado, de 87 años, espera que Guayaquil sea más inclusivo. “Nosotros también queremos divertirnos, tener momentos con nuestros amigos. ¿Por qué no somos tomados en cuenta como los niños? Creemos que merecemos más respeto y atención”, reclama.
Hacen falta teatros para las personas de la tercera edad. Lugares donde podamos ver y aprender actuación.
Para él es importante que se los continúe capacitando. “Nos gusta aprender nuevas cosas. Quisiéramos que nos den talleres para hacer manualidades, tejer, hacer pulseras, cosas innovadoras, como lo hacen en otras ciudades del mundo. Afuera, en el extranjero, hay programas permanentes que se dan al aire libre, bajo los árboles. Hay estructuras para que los viejos amigos jueguen, hay mesas de damas chinas, de ajedrez... hay tanto”, coinciden Jurado y Abel Cando, quien dijo haberse asombrado cuando en un parque de Nueva York vio cómo las autoridades habían organizado un programa para que los adultos mayores tejan.
El Cabildo debe reestructurar los parques: deben tener sombra, áreas de descanso, para ver cine, teatro. Deben ser inclusivos.
“Era espectacular y había muchísimos hombres. La idea es que aprendan y a la vez hagan nuevas amistades. Los hombres, la mayoría viudos, iban para conocer amigas, y era lindo, sano, esperanzador. El programo era público, gratuito y guiado por gente que conocía de sus necesidades”, relata Cando.
Los centenarios de Guayaquil
Leer másSi bien los geriátricos dictan ese tipo de actividades para esta franja de edad, no todos tienen acceso a ellas. “Quienes tienen posibilidades acceden a ellas, ¿pero por qué no pensar en dotar de estos espacios y planes a los barrios? Nosotros no somos de estar en casa, como muchos creen. Dicen que nuestra edad es la edad dorada. Si es así, ¿por qué no dotarnos de actividades que valgan oro?”, piensa Keila Rendón, guayaquileña de 68 años de edad que reside en la Alborada.
No hay sitios para oír nuestra música: boleros, baladas; música que nos sitúa en el pasado y transmite felicidad