Los adultos mayores de Guayaquil gritan por un centro inclusivo, vivo y divertido
En el corazón de la ciudad piden áreas que favorezcan la interacción con los jóvenes. Lamentan que la zona evidencie abandono
En Guayaquil, decenas de personas de la tercera edad se reúnen como devotos a lo largo de la avenida 9 de Octubre, que concentra bancas, plazas y el emblemático parque Centenario. Allí invierten su tiempo leyendo el periódico, intercambiando anécdotas entre ellos, y también están los que prefieren alejarse por un tiempo de su hogar, al menos en la mañana o tarde. Pero la zona poco favorece a que ellos den rienda suelta a actividades lúdicas o divertidas.
Operativo en barrio Cuba: rejas retiradas y decomiso de armas, entre resultados
Leer másCabe recordar que, según el último censo, Guayaquil lidera el ranking de los adultos mayores solteros (45.978), y es por esto que la interacción con los jóvenes, las actividades culturales y programas que los involucre a participar, son anhelos prioritarios que esperan observar en esta zona que, lamentablemente, muere al anochecer.
Por ejemplo, en la plaza de la iglesia San Francisco, en la intersección con la Pedro Carbo, se congregan unos 50 adultos mayores al día. Entre ellos se encuentra Ángel Suárez, de 68 años y quien dedicó 31 años a la labor social en sectores de escasos recursos en Guayaquil.
¿Qué piden los adultos mayores?
Él, ya jubilado, recuerda aquella época y menciona que en este espacio le gustaría que se realicen eventos que favorezcan a mejorar el ánimo, evitar el sedentarismo, y hasta que se impartan charlas psicológicas. Y da sus argumentos: “Hay adultos mayores que se sienten apenados y a veces abandonados por los hijos que no los quieren tener en las casas”, asiente.
Suárez tiene tanta experiencia que anhela difundirla a las nuevas generaciones. Pero no es el único, pues otros de la tercera edad también quieren compartir sus relatos y concuerdan que no quieren sentirse marginados. “Nosotros estamos con el ánimo dispuesto, somos jóvenes por dentro, no nos dejen tristes”, agrega Borja.
Mientras que, en el sentido al sur, en el Centenario, se encuentra Ricardo Zúñiga, de 67 años, quien le gustaría hacer yoga en aquellas zonas poco utilizadas. A él, asimismo, le encantaría que en ese amplio espacio se den ejercicios de meditación.
Por lo general, los adultos mayores son los protagonistas de eventos públicos, aunque solo en ocasiones especiales y específicas. Sin embargo, alertan que esto no es suficiente para su satisfacción. Las plazas y parques están “abandonadas y vacías”, menciona la mayoría que conversó con este Diario.
Lea también: Dializadoras atenderán pacientes hasta el 24 de julio, si el IESS no paga deuda
Gonzalo Paredes, por ejemplo, ansía que se realicen eventos culturales y artísticos influenciados en el patriotismo ecuatoriano. “Muchos vienen a estar aquí sentados, y no hay nada”, cuenta.
¿Cuánto cuesta el pasaje en bus de Quito a Guayaquil?
Leer másPara Carlos Tutivén, docente investigador y sociólogo, la sociedad “desgraciadamente” ha marginado a los adultos mayores al imponerles criterios valorativos como la juventud y la productividad. De aquí surge el pensamiento de no ser reconocido, valioso, útil y, por lo tanto, no sentirse “jóvenes”, agrega.
El recrearse con la juventud como otra alternativa
Lo mejor, y sería de experimentarlo, es hacer proyectos intergeneracionales, donde la expertise, la experiencia y la sabiduría del adulto mayor se combinen con el vitalismo, la energía y la proactividad del joven, sugiere.
Gonzalo Paredes
Lea también: Quevedo: 'Vacunas' y amenazas agobian a los transportistas
Por otra parte, el geriatra José Zaporta explica que el envejecimiento lleva al deterioro físico y cognitivo, pero puede regularse mediante actividad física. Caso contrario, puede provocar insuficiencia cardíaca y sedentarismo. Zaporta también profesor universitario subraya que el sedentarismo también afecta cognitivamente, ya que conduce al aburrimiento, la desidia, la desmotivación y lo que en geriatría se conoce como desapego. “Este desapego pone al adulto mayor en un estado de desinterés y depresión, que puede desembocar en un aislamiento social, lo cual es extremadamente peligroso”, resalta.
Con el fin de lograr que los adultos mayores puedan participar en actividades lúdicas y programas de salud, tanto Tutivén como Zaporta coinciden en que no solo el Municipio debe hacerse cargo de estas peticiones.
Sino que también deben implementar políticas ciudadanas que los consideren, y al mismo tiempo, que la sociedad en colaboración con universidades, fundaciones, voluntariado e incluso individuos expertos en su área son capaces de crear este tipo de actividades, con el fin aportar al desarrollo social y cultural en la ciudadanía.
Para más contenido de calidad SUSCRÍBETE A EXPRESO