Guayaquil: La Alborada decide ponerle rostro a la delincuencia

Rejas en las casas, rejas en las calles peatonales y vehiculares, alambres de púas, cámaras de seguridad, alarmas comunitarias. Es lo que han implementado los moradores de la quinta etapa de la ciudadela Alborada, en el norte de Guayaquil, para frenar a la delincuencia en el sector. Pero a pesar de todas esas medidas adoptadas en los últimos cuatro meses, no disminuyen los robos y asaltos. Ante esa situación, los vecinos decidieron emplear otro recurso: ponerle rostro a la delincuencia.

Desde hace una semana, los habitantes de las manzanas DB, DC, DG, entre otras, resolvieron pegar en los postes de alumbrado público las fotos de los presuntos delincuentes que merodean el vecindario. Son imágenes extraídas de los videos de las diferentes cámaras de seguridad que están colocadas en los callejones, calles peatonales y vehiculares y en viviendas, en las que se observa a dos y tres hombres en aparentes acciones delictivas.

“Lo que buscamos es alertar a los demás vecinos y protegernos. A pie o en moto los delincuentes hacen de la suya”, comentó indignado Julio Sandoval.

Preocupados porque las cámaras ya no “asustan” a los delincuentes, decidieron tomar esa medida, además de la colocación de rejas en las calles. Una alternativa que buscan complementar con una alarma comunitaria para que, en el momento de agarrar a un pillo, puedan alertar a todo el barrio.

“Aquí estamos indignados. Hay que hacer lo que se hacía antes: ladrón que se cogía en el barrio, palo”, advirtió el morador, quien asegura que en otras etapas están tratando de hacer lo mismo, para formar un gran frente contra la delincuencia.

Reyna Bernal, también residente del sector, recordó que llegaron a esa medida luego de que un motorizado le arrebatara la cartera a una joven del sector, hace un par de meses. Desde entonces decidieron colocar las cámaras de seguridad en diferentes puntos y en cada casa.

“A partir de las cinco a seis de la tarde es difícil caminar por aquí. Hay muchos ‘hacheritos’, jóvenes que te quitan la cartera y salen corriendo, muchas personas en moto que de repente te ven y te roban”, denunció la madre.

Esa situación los ha llevado, incluso, a ponerse un horario de encierro. “Si salimos es hasta las cuatro de la tarde, porque ya después no se puede”, afirmó mientras regresaba la mañana de ayer a su casa, con un poco de tranquilidad ante una mayor presencia policial, tras conocerse de las impresiones que habían pegado en los postes de luz.

“Esto es compartido con la policía, por medio de chats comunitarios con la ciudadanía y por medio de grupos de chat de    trabajo”, aseveró el cabo segundo Robert Castillo, asignado para dar mayor seguridad en el sector. El uniformado reconoció que ha existido un incremento de los robos a personas y de accesorios de vehículos, por lo que su superior dispuso el patrullaje constante.

A esa medida se han sumado otras disuasivas. “Se están activando botones de seguridad o actualizando los ya existentes. Les estamos entregando el número del teléfono celular del patrullero del sector, con el cual se pueden comunicar cada vez que necesiten su colaboración”, detalló la cabo segunda Génesis Caicedo, quien fue de casa en casa para explicar a cada uno de los moradores cómo activar el botón. Algo que, hasta el mediodía, ya contaba con la colaboración de 12 vecinos de las peatonales, donde son más comunes los delitos.

Según la servidora policial, los videos de los cuales se han extraído las imágenes ya han pasado a las unidades investigativas para que tomen el procedimiento que corresponde.

Francisco Bruque espera que con las medidas que han implementado y con la contribución del botón de seguridad, baje un poco la delincuencia. “Más que nada, que nos saque en cualquier momento de apuros. O en caso de que estemos viendo algún asalto, llamarlos, lo que sería una ventaja”, manifestó el morador al resumir con un “¡ufff!” lo cansados que están con el tema delictivo. “Vamos a tener que usar dos cosas: mascarillas y chalecos antibalas, porque la delincuencia es imparable”, sostuvo.

Ricardo Plaza lo corroboró. A las 07:00 de un día de la semana pasada, robaron    a un grupo de vecinas que se ejercitaban por donde él vive. El delincuente fue capturado por quienes observaron el hecho y entregado a la policía. “Hay bastante robo por aquí (...) roban más a mujeres (...) La delincuencia no respeta nada y no tiene horario”.