Alegría, diversión y sabor en el Festival de la Calle Córdova
Cientos de personas disfrutaron de la comida guayaca. La música y la danza pusieron a bailar a los asistentes. Los negocios se reactivaron
La calle Córdova, desde Mendiburo hasta Tomás Martínez, centro de Guayaquil, se llenó de alegría y sabor durante la sexta edición del Festival Intercultural, Gastronómico y Artístico, en el que se lució la comida guayaca.
El entretenimiento está en varios lugares de la ciudad
Leer másEste festival, que formó parte del homenaje a Guayaquil en sus 487 años de fundación, congregó a cientos de personas que llegaron de diferentes puntos de la urbe.
A la altura de Mendiburo se levantó una tarima para las presentaciones de artistas, quienes interpretaron diferentes géneros musicales y pusieron a bailar a los cientos de asistentes.
Cecilia Zamora y su esposo Medardo Ordóñez, que llegaron de Sauces 3, se levantaron de sus asientos y pasaron a la ‘pista de baile’.
Lo mismo hizo Alejandra Caicedo, quien bailó con su hijo de 16 años un merengue que sonó desde los parlantes colocados en la calle.
Una veintena de stands ofertaron una gran variedad de platos típicos, como seco de gallina, arroz con menestra y carne, bolones, mariscos, bebidas tradicionales, dulces y otros platos elaborados con recetas de antaño. En algunos de ellos también se promocionó comida extranjera y artesanías hechas por emprendedores ecuatorianos.
Vale la pena venir a estos eventos, ya que uno se divierte y desestresa de las actividades cotidianas. Y se puede ayudar a los negocios y emprendedores a reactivarse.
El ambiente se puso más alegre con la participación de jóvenes cantantes que interpretaron rock, salsa y bachata. Los pasillos, pasacalles y valses estuvieron representados por cantores populares.
Este festival ha sido una oportunidad para dar a conocer mi negocio, que lo tengo en casa porque aún no consigo dinero para alquilar un local. No me puedo quejar, me ha ido bien.
Las danzas típicas se llevaron los aplausos de unos 200 espectadores que llegaron desde varios puntos de Guayaquil a disfrutar del show.
Me estoy divirtiendo junto a mi familia, mientras degustamos algunos platillos típicos que están en venta. Mis hijos y nietos están contentos. Hace tiempo que no los veía así.
Esta jornada fue la oportunidad para la artesana Lucy Hidalgo, quien promocionó las bisuterías que elabora. “Mis productos los doy a conocer a través de las redes sociales, pero hoy estoy presente mostrando lo que hago”, dijo entusiasmada, mientras atendía a decenas de clientes que se interesaron por sus creaciones con piedras preciosas, como cadenas, pulseras, anillos, etc.
El ambiente está muy animado. Eventos como estos deberían darse en otros puntos de la ciudad o en otros cantones, como en el que yo vivo. Ha sido agradable haber venido.
“Estoy contenta de la aceptación que han tenido mis prendas. Este festival me ha abierto las puertas para darme a conocer”, recalcó.
Algo similar experimentó Jahaira Navarrete, otra emprendedora guayaquileña, quien en uno de los stands ofreció a los asistentes empanadas y corviches. “Yo trabajo desde casa bajo pedido. No tengo un local para hacerlo, pero este festival ha sido un sitio excelente para dar a conocer mi sazón”, indicó con satisfacción, al reconocer que el negocio estaba bueno y que esperaba vender todo lo que había llevado.
A medida que pasaban las horas, la calle recibía más público y el ambiente se ponía más alegre.
Carmen Herrera, quien llegó desde la ciudadela Alborada, en el norte porteño, se mostró complacida por lo entretenida que resultó esta jornada. “Salí con mi familia a recorrer el malecón Simón Bolívar y avanzamos hasta la calle Córdova, para degustar algunos platillos. La verdad es que me ha gustado mucho. Me da alegría ver cómo este tipo de actividades vuelven a la presencialidad con mucho público. Eso ayuda a reactivar los negocios que hay en el sector, así como el trabajo de los emprendedores, que ha estado casi paralizado por la pandemia”, manifestó.
La vista volvió al río Guayas
Leer másEl juego del palo ensebado y el concurso de ensacados cerraron el festival, que empezó a las 10:00 y se extendió hasta pasadas las 22:00. “Ojalá que esto se repita en otras festividades”, comentó Milton Jiménez, residente de Urdenor, quien fue parte del Festival de la Calle Córdova junto a su familia y un grupo de amigos.