Guayaquil: la alerta crece en tiempo de depresión

Históricamente se cree que diciembre es el mes con más casos de ansiedad y suicidios, pero no es así. “Los meses en que tenemos más pacientes con depresión son noviembre, porque se piensa por ejemplo en el dinero que se va a necesitar para los gastos de diciembre, y los primeros meses del nuevo año, por las deudas adquiridas”, revela a Diario EXPRESO el neuropsicólogo José Rivadeneira, del Hospital de Neurociencias.

Agrega que en diciembre baja el sentimiento de soledad, porque hay más reuniones de amigos y familiares, donde hay más abrazos y expresiones de cariño que ayudan a bajar el estrés.

El Hospital de Neurociencias tiene un área de servicios virtuales, que incluye el uso de la aplicación llamada Ánima Ec, la cual brinda soporte emocional.

Ánima Ec cuenta con una línea de ayuda a la cual pueden llamar y ofrece una aplicación para celulares que es gratis. Ahora está la versión 2.0, pero en febrero de 2024 saldrá la 3.0. La app funciona con inteligencia artificial y permite registrar las emociones, horas de sueño, pensamientos, etc. La idea es dar la primera ayuda hasta que la persona tenga la consulta médica y reciba el tratamiento adecuado para su caso.

La app también tiene un sistema de recompensa por la frecuencia con la que se interactúa en ella. En la actualidad tiene unas 25.000 descargas a nivel internacional y hasta octubre registra más de 10.000 usuarios activos.

En lo que va del año, en Guayaquil han ocurrido 127 suicidios. Es la segunda jurisdicción a nivel nacional con mayor incidencia de estos casos, después de Quito, que acumula 175 fallecidos por esta causa. La atención que brindan distintos organismos a nivel nacional busca evitar que más personas atenten contras su vida. La articulación la hacen con el Servicio Integrado de Seguridad ECU-911, que en 2022 atendió 432 emergencias de este tipo.

El general Víctor Herrera, comandante de la Zona 8 (Guayaquil, Durán y Samborondón), se refiere al trabajo que han desarrollado dentro de la institución para evitar más muertes en las jurisdicciones a su cargo; y, de las etapas que experimenta quien toma esta fatal decisión. “Ideación, planificación, intento y ejecución son las fases para que la persona se suicide. En las tres primeras, la Policía Nacional ha intentado hacer campañas para levantar estas alertas tempranas con la ciudadanía a través de las asambleas comunitarias, y poder dar atención psicológica”, indica.

El jefe policial explica que en los últimos años la organización de seguridad nacional ha recibido capacitaciones para poder abordar a las personas en el momento de la autolesión. “Los policías nos hemos preparado con psicólogos, para un correcto abarcamiento. Algunos han tenido que detener a personas en el puente de la Unidad Nacional. Sabemos que un mal acercamiento puede tener un desenlace fatal, por eso es primordial que sepamos cómo actuar”, cuenta Herrera.

Los riesgos de autolesiones y suicidio tampoco están alejados de la institución policial. También los servidores públicos se han visto afectados por trastornos mentales. “Es importante darnos cuenta de que estos casos no tan solo se dan fuera de nuestra labor. También dentro intentamos medir la salud mental de los policías y comenzar a trabajar con ellos”.

Por otro lado, la Dirección de Salud e Higiene del Municipio de Guayaquil cuenta con la Unidad de Salud Emocional Municipal (USEM), que brinda atención en prevención de suicidios y también, a través del ECU-911, colabora con las llamadas de auxilio sobre esta problemática.

Con esta acción conjunta se canalizan los estados de las personas, debido a que se clasifican los cuadros en depresión, ideas suicidas e intentos de suicidio.

“La Unidad brinda la atención de auxilio y realiza las terapias y seguimiento al paciente, a la vez que está en contacto con sus allegados para conocer más sobre el paciente”, manifiesta el Cabildo a EXPRESO.

Los puntos de atención de la USEM, integrada por el Hospital Municipal Bicentenario y Casa Rosada, han cubierto desde mayo hasta los primeros días de noviembre 2.095 casos de intento de suicidio, tanto en consulta externa como a través del número de teléfono 099-403-0281.

Desde lo privado, en 2014 se creó el Hospital de Salud Mental, ubicado en la avenida Primera y calle Tercera de Mapasingue Oeste. Este centro de salud atiende mensualmente en consulta externa unos 10 pacientes con ideas suicidas, “con abordajes diferentes, de acuerdo con cada caso. Los cuales son: psiquiátrico, psicológico, espiritual y familiar”, detalla el director de este centro, Aldo Rimassa Naranjo.

El profesional menciona los factores más comunes que se han observado en este centro de salud, que generalmente llevan a las personas a querer quitarse la vida: “Los factores son multicausales. Podemos encontrar pacientes que tienen vacíos existenciales, rupturas amorosas, consumo de sustancias como alcohol o drogas, soledad, abandono, traumas de la infancia, abuso psicológico, físico y/o sexual”.

Este centro, que atiende todo tipo de enfermedades mentales, también realiza campañas de prevención con jóvenes, pero no tan solo por trastornos suicidas, sino también todo lo que corresponde a la salud cerebral, como ansiedad, estrés postraumático, psicosis y más. El costo de la atención es de 20 dólares la consulta psicológica y psiquiátrica.

Para Carlota Manrique, psiquiatra del Hospital de Neurociencias, los amigos y familiares también deben ser parte de la red de ayuda para una persona con ansiedad o depresión, hasta acudir al doctor. Lo que se debe hacer es aplicar la escucha activa, que es oír con conciencia plena el mensaje de la otra persona, con el fin de entender lo que está diciendo, de manera enfocada y empática. “Es escuchar sin hacer preguntas para tomar una sabia decisión, llevar a la persona a una cita médica. Esto salva vidas, porque las personas con alteración en la tiroides, mujeres embarazadas y paridas pueden tener procesos depresivos”.

Manrique recuerda dos casos en especial. En el primero, una mujer tenía psicosis, pero el esposo no puso atención al tratamiento que debía seguir con constancia. El resultado fue que mató a sus tres hijos. Tras años de tratamiento, ella ha podido llevar una vida normal, junto a una nueva pareja.

En el otro caso, un hombre no perdió tiempo cuando su cónyuge le dijo: “Estoy escuchando voces, me piden que mate al bebé (de nueve meses de nacido)”. La llevó inmediatamente al Hospital de Neurociencias y tras un tratamiento ahora está bien y disfrutan de su hijo. Entonces, la primera ayuda siempre viene de casa o de amigos.

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