San Valentín: Cuando amar es un ‘pecado’
Voces: Hansel, Guillermo, Luisa y Michelle, cuentan a EXPRESO una realidad que persiste: las parejas del mismo sexo siguen siendo señaladas
Voces es un espacio para ser escuchado (o leído); un espacio de discusión, expresión y conversación sobre diversos temas que motivan o afectan a los ecuatorianos, sin importar su edad o creencias.
Han pasado casi 24 años desde la despenalización de la homosexualidad en Ecuador y tan solo un par de ellos desde que las parejas del mismo sexo pueden contraer matrimonio en el país. Y aunque a este colectivo aún le quedan muchas luchas legales por seguir, la realidad es que la mayor batalla la tienen con la sociedad, que sigue siendo el mayor verdugo de estas parejas.
Las miradas, críticas y señalamientos, no son algo extraño para cualquier homosexual en un país como este. Por eso, aunque una persona ya no va a la cárcel por su orientación sexual, la discriminación y falta de igualdad, siguen latente.
En 2020, la Agencia de Derechos Fundamentales (FRA) publicó un informe que sirve de contexto para entender que todavía faltan logros por obtener. En el 58 % de 153 países miembros de la ONU que no lo consideran un crimen, los miembros de esta comunidad experimentaron hechos de discriminación en los últimos cinco años, en el caso de la población trans fue el 60%.
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Leer másPor tal razón y con motivo del Día del amor y la amistad, EXPRESO conversó con dos parejas LGBT para conocer cómo se han enfrentado a una sociedad donde amar todavía es un ‘pecado’.
GUILLERMO Y HANSEL: "SOMOS EL EQUIPO PERFECTO"
Llevan cerca de tres años juntos. Se conocieron en una sesión de fotos y desde entonces surgió una conexión muy fuerte que los llevó a iniciar una amistad que pronto se transformó en relación amorosa. Se describen el uno al otro como el equipo perfecto, sin embargo, no todo ha sido perfecto.
Los señalamientos no han quedado de lado. Mientras sus amigos los apoyaban, sus familiares no veían con buenos ojos su relación. “Sobre todo, la sociedad y la familia fueron los mayores enemigos de la relación, por decirlo de alguna forma”, menciona Hansel.
Ambos cuentan que si bien nunca han vivido una escena de discriminación propiamente, las miradas y los comentarios no han faltado. No obstante, para esta pareja, eso no tiene mayor importancia porque dicen tener claro que no están haciendo nada malo.
Para ambos “amor es amor” y no importa más que eso. “Simplemente, es algo que surge dentro de ti y llega como de repente, no es como que tú planeas estar enamorado de alguien”, menciona Hansel.
Y en cuanto al futuro de esta relación, Guillermo cuenta que esperan poder formar una familia y seguir creciendo juntos. “Sepan que se puede ser una pareja del mismo sexo y salir adelante, tener una familia. Tenemos planes también de casarnos en un futuro, tener un hogar, viajar”, añade.
LUISA Y MICHELLE: "AGRADECEMOS PODER ESTAR JUNTAS"
La primera conexión surgió en redes sociales y aunque una pandemia se les puso por delante, eso no fue mayor impedimento para que este amor floreciera. “Nos conocimos porque ella me siguió en Instagram, yo también la seguí, un día me animé a contestarle una historia y básicamente no paramos de hablar desde ese día”, cuenta Michelle.
A diferencia de la historia de Hansel y Guillermo, la relación de estas dos jóvenes fue bien vista por sus familiares. En el caso de Luisa, su mayor temor era que las creencias religiosas de su madre, sin embargo, ese temor se disipó rápidamente cuando esta le brindó su apoyo. “Una de las frases que más me gusta y que mi mami me dijo en ese momento fue que su religión es muy importante para ella, pero más importante es el amor que me tiene a mi como su hija”, cuenta.
Aunque, no faltaron las personas que se han alejado de ambas por sus preferencias sexuales. En el caso de Michelle, una amiga muy cercana; y en el caso de Luisa, sus compañeros del colegio y de universidad.
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Leer másPor otro lado, añaden sentirse afortunadas de poder expresar su amor en público, algo que no deja de lado el temor de hacerlo. "Siempre está en mi cabeza como ese temor a hacerlo, de hecho, me sorprendo cuando recibimos buenos tratos porque siempre espero lo peor de los demás", menciona Michelle.
No obstante, poco a poco han ido trabajando en eso, porque comprendieron -dice Luisa- que ese era un problema de los demás no de ellas. "Ya tengo este chip en la cabeza de que si estoy consumiendo tus servicios, si estoy pagando con mi dinero o incluso en la relación diaria con otras personas, yo no voy a cortarme en pedacitos para encajar en lo que tú piensas que es correcto", finaliza.