Apartar buses de la calle Esmeraldas, grita el barrio del Salado a la ATM

Luego de que se esfumó el edificio Fantasía de la avenida 9 de Octubre, en la calle aledaña, la Esmeraldas, no solo se retomaron los recorridos de 18 líneas de buses, sino que también volvió una preocupación que lleva arrastrando durante los últimos años el barrio del Salado. En la comunidad denuncian que el paso de los buses por esta calle genera “temblores” que alteran la rutina de todos.

A esto se suma el riesgo en que pueden hallarse cerca de cien casas patrimoniales (de más de 90 años) que se levantan en el barrio, por lo que muchos sostienen que por estas vibraciones las estructuras se desploman o presentan inclinaciones (recuerdan el edificio Fantasía).

Todo esto ya lo conoce la Agencia de Tránsito y Movilidad (ATM), que fue al sector y escuchó el anhelo de los residentes: que las unidades bordeen el barrio del Salado o que se reduzca el paso de líneas de buses, para de esta manera mitigar los problemas .

Te invitamos a leer: El centro vuelve a la normalidad: el tránsito se reabre en la 9 de Octubre

Gustavo Rivadeneira, presidente fundador del Comité de Moradores del Bario del Salado, detalla a EXPRESO que trabajadores de la ATM y de la dirección de Obras Públicas del Municipio fueron al sitio para conocer de cerca la problemática. Él quería que palpen lo que viven. “Insistieron en que no pueden sacar (los buses) de las calles Esmeraldas y Los Ríos porque son corredores viales, lo cual fue un desacierto y parece que no pueden por el tema de la Metrovía”, cuenta Rivadeneira.

El gestor comunitario va más allá. Quiere que la ATM se una a la iniciativa que surgió en 2010 cuando se declaró a este emblemático barrio de la ciudad como patrimonial, y es por este motivo que remarca el hecho de que debe protegerse la historia. “Hay casas de 103 años, otras de más de 90, que están en riesgo de venirse abajo”, puntualiza.

Fanny Morlas es la administradora del edificio Da Vinci, situado en la calle Esmeraldas, entre la 9 de Octubre y Hurtado, y también expresa su malestar. Afirma que en este edificio de 11 pisos, hay 33 propietarios y los más afectados son los adultos mayores, quienes conviven con el ruido y contaminación.

“La cantidad de buses que pasan por aquí es demasiada. Pido a la ATM que traten de dejar lo menos posible líneas de buses y que se reduzcan, porque esta calle no aguanta tanto tránsito de buses”, remarca.

Ella y sus vecinos concuerdan en que la calle “no soporta” tanto tráfico, como sí podrían otras de características similares. Citaron por ejemplo las avenidas Quito, Machala o Juan Tanca Marengo. “Aquí, todos los años la tienen que reparar porque solo es de asfalto y presenta hundimientos. Eso da cuenta de que demasiados buses pasan por aquí”.

Hay alerta por daños en edificaciones

En la comunidad también hay preocupación por los daños en estructuras como la iglesia de San Juan Bosco, que serían causados por la carga vehicular. “Se han presentado daños estructurales y rotura de tuberías de Interagua en calles y en las paredes de la iglesia de San Juan Bosco, en su casa parroquial y en varias residencias del sector de Carchi, entre Clemente Ballén y Quisquís”, precisa un oficio que ya fue enviado por parte del barrio al Municipio liderado por Aquiles Álvarez.

En el documento, asimismo, se sugiere que las líneas de transporte público sean trasladadas a las avenidas Quito y Machala, considerando que ambas arterias son anchas y fueron “construidas con estructuras de hierro y hormigón, lo que las hace idóneas para soportar inclusive un peso vehicular muy superior”.

Al respecto, este Diario solicitó ayer una entrevista con la ATM para conversar sobre el tema y conocer qué plan se prevé en la zona o cuál es su postura frente al caso. La respuesta está pendiente.

Para leer más información de este tipo, ¡SUSCRÍBETE AQUÍ!