Árboles buscan devolverle el oxígeno a Santa Elena

Que Atahualpa vuelva a estar rodeada de grandes árboles maderables, como el guayacán, cedro, laurel, entre otros, es el anhelo de sus moradores. Por eso cuando la Fundación para la Conservación Ambiental de Santa Elena (Coase) propuso un plan de reforestación en el lugar, la directiva de la parroquia dio el aval para que se ejecute.

El proyecto, en el que participan los niños de la localidad, busca crear conciencia ecológica para evitar la depredación de la madera, como ocurrió años atrás. “Nuestros abuelos comentaban que esto era un bosque inmenso en donde había muchísimo guayacán. Esa era la madera que se utilizaba en los trabajos de carpintería”, relató el morador José Soriano.

Los chicos, de no más de 15 años, tienen el reto de recuperar la zona que se perdió desde mediados del siglo anterior. Así lo explica la ecologista Denis Sandoval, directora de Coase.

Para la comunidad, hoy que se conmemora el Día Mundial del Medio Ambiente, el hecho de que se desarrollen estos proyectos refleja “que no todo está perdido y que todavía hay quienes se preocupan por darle un pulmón a espacios que lamentablemente no lo tienen”, señaló Amanda Vera, de Santa Elena.

“A cada menor se lo orienta para convertirlo en el padrino de un árbol. Él lo siembra, lo riega y está pendiente de la protección de su planta”, explicó Sandoval, quien añadió que un equipo de técnicos de la fundación supervisa de manera permanente la acción de los menores para garantizar que se cumpla el plan.

En Atahualpa participaron 50 niños, que sembraron árboles de guayacán y nim. Los pequeños forman parte del club denominado Climateando, en el que además de reforestación también efectúan acciones de reciclaje y mingas de limpieza. “Queremos que nuestra parroquia sea verde, que tenga oxígeno”, dijo la pequeña Sheyla Alejandro.

Pero este no es único lugar de la provincia de Santa Elena en donde se efectúan planes de reforestación. También se lo ha hecho en los campos de las comunas Valdivia, Barcelona, Sinchal, Salanguillo, Loma Alta y Las Balsas. El objetivo es sembrar 20.000 árboles en los alrededores de las zonas pobladas.

El plan de reforestación incluye a 25 comunidades de la zona rural y urbana de la Península, cuyos campos se han visto afectados por el corte indiscriminado de especies.

Pero la reforestación en esta provincia incluye otro plan que se centra de manera específica en la cordillera Chongón-Colonche, área montañosa que atraviesa esta jurisdicción y abarca parte de las provincias de Guayas y Manabí.

Las tres provincias mencionadas forman parte del Consorcio de Cambio Climático, que busca financiamiento internacional para desarrollar acciones encaminadas a la conservación del planeta.

Bertha Carpio, técnica de la Prefectura de Santa Elena, indicó que la semana anterior se cumplió con la reforestación de 32.000 árboles en la cuenca del río conocido como ‘Las Negras’. El dinero fue otorgado por la Unión Europea. Se sembraron especies nativas como guayacán, bambú, bálsamo.

Una de las preocupaciones de los ecologistas de la Península es que en el cantón La Libertad, casi en la totalidad de su territorio se han levantado construcciones y queda muy poco espacio para la siembra de los árboles maderables. En este lugar la intención es sembrar diez mil especies.

El barrio Sinaí será la primera zona de este cantón en el proceso de reforestación.

Para Guadalupe Montiel, habitante del cantón, el proyecto que se está ejecutando debería servir de ejemplo en cada uno de los cantones.

 “En la Península hacen falta parques, áreas verdes, sombra... En Guayaquil, los ciudadanos reclaman esos espacios, porque son su derecho. ¿Por qué acá no podemos reclamar lo mismo? Necesitamos espacios que nos cobijen y den vida a los territorios”, reclamó Jennifer Rubira, habitante de la ciudadela Costa de Oro (Salinas), donde se observa solo tierra, calles sin asfalto y con huecos.