El arreglo de muros de la Metrovía, en manos de la Dirección de Obras Públicas

Luego de que EXPRESO publicara una nota en la que evidenció el estado en el que se encuentra la ruta exclusiva de la troncal Metrobastión (especialmente del centro de la ciudad, calle Sucre), cuyos muros de protección han sido robados, o permanecen desprendidos o afectados por el esmog que generan las unidades; Andrés Martinetti, administrador de la Metrovía (e), aseguró que han “cedido la coordinación” del caso a la Dirección municipal de Obras Públicas para, a través de ellos, optimizar el mantenimiento periódico y la reparación de bordillos, los daños en los tramos del carril exclusivo, de las barandas y otras afectaciones que, aseguró, son “en su mayoría el resultado de actos vandálicos”.

Sobre ese último punto, la ciudadanía está de acuerdo. Así lo reportó en el reportaje anterior en el que comerciantes, moradores y propietarios de locales culparon en gran parte de la situación a los denominados chamberos o consumidores de drogas, a quienes han visto cortando o llevándose los fierros que sostienen las planchas de plástico, que fueron instaladas desde hace años para evitar ese contacto directo del esmog, especialmente desde la calle Tulcán hasta García Avilés, zona altamente comercial.

Con respecto al esmog que generan las unidades, el que queda registrado con una nube de humo negro que a diario se observa detrás de los vehículos mientras circulan; Martinetti aseguró que se ha venido realizando el control de opacidad a las unidades, con el fin de verificar que no entren a ruta las que superen el nivel permisivo; y adelantó que se está considerando la instalación de purificadores de combustible para disminuir la cantidad de hollín que emanan los buses.

Para la ciudadanía resulta fundamental que se ponga ya un freno a este tipo de contaminación. “El transporte público, cualquiera que sea, nos fumiga; y nadie nunca ha hecho nada. Estamos hartos y ya no estamos dispuestos a soportarlo. La Metrovía, enfocándonos solo en ella, nos genera más problemas que beneficios. Allí todo está mal”, señaló Édison San Miguel, habitante de Sauces 4.