El arte de la protesta
Tres jóvenes quiteños utilizan la escultura, música y pintura para preservar el reclamo de octubre pasado. Eso y el confinamiento actual los motivan.
Una escultura a base de perdigones y granadas de humo, una canción que evoca la historia más dramática de Ecuador, y un cuadro que expone el caos y la violencia, son algunas de las obras que realzan a través del arte la virulenta protesta social de octubre pasado.
Los enfrentamientos, en los que murieron una decena de personas y más de 1.500 resultaron heridas, la mayoría jóvenes, han dado vida a un sinnúmero de expresiones artísticas, a veces en formas tan elocuentes como una silla de ruedas -la del presidente Lenín Moreno- a base de cartuchos de perdigones disparados.
“Hacer una reflexión sobre lo que ocurrió en Ecuador”, dice sobre el objetivo de su obra Daniel Borbón, estudiante de 21 años de la Universidad Católica de Quito y quien, en octubre, fue testigo directo de los enfrentamientos.
Tras participar en las protestas, recogió los restos de decenas de bombas lacrimógenas y cartuchos disparados por las fuerzas de seguridad para armar con ellas una escultura en la que fusiona todas sus frustraciones políticas y sociales contra Moreno, quien días antes había eliminado los subsidios a las gasolinas.
La de Borbón no es la única obra que emerge en Ecuador con relación a estas protestas, que parecen haber dado vida a la creatividad de muchos artistas en diferentes disciplinas.
El joven cantautor Gianny Medina había iniciado esta tendencia con su canción “Indígena” en los últimos días del paro, con una letra que reivindica momentos históricos importantes en la cultura política del país, y cuyo videoclip acompañó después con imágenes de las protestas.
Su objetivo, indica, fue buscar que las personas “sintiesen ese patriotismo”, en horas en las que “el país estaba muy dividido” y recordarles de “dónde venimos” todos. La canción la compuso antes de las protestas, pero decidió hacer su lanzamiento de forma precipitada durante los diálogos entre el Gobierno y el movimiento indígena e incorporar algunas imágenes de la ola de violencia.
También las artes plásticas han servido de plataforma para realzar la protesta y despertar la creatividad de artistas emergentes, entre ellos Bryan Salazar. Estudiante de Artes Visuales en la Universidad Católica de Quito, a sus 21 años buscó retratar la violencia y el caos social en una pintura de técnica mixta con la que buscaba “un proceso de reflexión”. “Quiero que con esta pintura no se pierda este momento”, explica el joven artista que ha retratado una escena del cerco policial de aquellos días.
En ella sitúa a los policías en la parte inferior mientras realza con vividos colores el fuego de los disparos y salpica su obra de marcas rojas que “simulan la sangre en las calles, los heridos y la gente golpeada de ambos bandos”.
Desde una perspectiva académica e histórica, el arte y las crisis siempre han ido de la mano.
“La historia del arte en diferentes momentos ha tenido distintas formas de producción o distintas manifestaciones estéticas que son justamente una respuesta a un contexto y a un momento social” (..) “Esta cuestión de que el arte está ligado a momentos de crisis sociales creo que es tan antiguo como el arte mismo o lo que hemos querido llamar arte”, asegura Hugo Burgos, docente universitario y experto en estudios culturales.
Sin cumplirse siquiera un año de las protestas de octubre, el Ecuador y el mundo enfrentan una nueva crisis que también inspirará a la escena artística.
Desde el confinamiento, el arte se ha convertido en una manera de escapar de la crisis del coronavirus.
Gianny Medina ha trabajado en la composición de un nuevo tema musical y Bryan Salazar sigue generando procesos de reflexión para crear otras obras. Daniel Borbón, por su parte, asegura que “la situación me supera a veces y no puedo ponerme a producir, pero a la vez en otras ocasiones el producir se ha convertido en la mejor manera de poder olvidarse un momento de todo”.