Aspirantes de la Espol, entre la ilusión y la tensión por un cupo
Alrededor de 9.000 estudiantes pugnan por las 4.000 plazas que abrió la universidad. El clima y las filas, los desafíos
La ilusión de miles de estudiantes por obtener un cupo para poder ingresar a estudiar a la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol) se puede evidenciar en las largas filas en los exteriores de sus instalaciones. Este lunes 13 de enero, arrancaron las pruebas de aptitud para los aspirantes a estudiar de forma gratuita en este centro de estudios.
Desde las 06:00, la explanada del Edificio de Admisión (ubicado en la avenida principal de la Espol) empezó a llenarse de miles de jóvenes que realizaron filas desde muy temprano para ser los primeros en ingresar a las aulas y poder dar las pruebas de conocimientos.
“Viajé desde Santa Elena y llegué a las 04:30 a Guayaquil para poder ser la primera en ingresar. Llegué a las 07:00 a Espol y entré a las 08:30. Afortunadamente no hubo sol ni lluvia, pero sí fue un poco larga la espera”, comentó Suleyka Pozo, una joven de 17 años, que viajó junto con sus padres.
La menor comentó que está muy ilusionada por ser politécnica. “Es mi sueño poder estudiar en esta universidad. El examen fue difícil, pero espero lograr alcanzar el puntaje e ingresar. Hubo un poco de desorganización al inicio, pero ya luego pudimos dar la prueba”, dijo Pozo, que sueña con ser ingeniera eléctrica.
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Por otra parte, sus padres, que se mantuvieron a unos metros de los exteriores del edificio, ya fuera del perímetro del campus, confesaron no estar tan cómodos mientras esperaban. “La zona me genera algo de temor. Nos daba la impresión de que podían robarnos porque pasaban muchas motos, algunas sin placas”, dijo la madre.
Al igual que Suleyka, otros postulantes llegaron desde otras ciudades para alcanzar un cupo. “Vengo desde Ambato porque allá no hay las carreras que la Espol ofrece. Espero poder cumplir con el puntaje. Estudié mucho en el colegio para poder entrar a este proceso. Espero pasarlo a la primera”, comentó Luis Zúñiga.
“Las carreras de tecnología son muy caras en las universidades particulares de Ecuador. Por eso esperamos que nuestro hijo pase la prueba. Lo metí en cursos para que esté al 100% preparado. Confío en que ahora pasará”, dijo ilusionada Gina Beltrán, mientras esperaba que su hijo, quien anhela estudiar ingeniería electrónica, termine de dar el test, que en promedio duró entre dos y tres horas.
EXPRESO pudo conversar con Marcos Buestán, decano de Grado de la Espol, quien explicó detalles sobre el proceso de ingreso. “Tenemos alrededor de 9.000 postulantes y solo contamos con 4.000 cupos. Los que ingresen entrarían a un curso de nivelación y luego serían estudiantes de la Espol”, explicó Buestán, quien confesó que en ciertos horarios, por la cantidad de aspirantes, la zona suele colapsar.
“Hoy, (ayer) hubo mucho tráfico temprano porque la gente llega y aquí cerca tenemos dos unidades educativas. Además, muchos padres vienen a acompañar a sus hijos y eso provoca que los exteriores se llenen de personas. Tendremos entre 1.000 y 1.800 personas por jornada”, comentó el directivo, que aclaró que se han instalado algunas carpas para que algunas personas puedan permanecer en el sitio mientras esperan.
La situación se complicó en la tarde en la Espol
EXPRESO estuvo en el lugar durante varias horas, y cerca de las 11:30, la fila volvió a formarse y con ello, se incrementó la tensión. Una avalancha de nuevos aspirantes, en su mayoría jóvenes, realizaron nuevamente varias filas para ingresar al segundo turno. El fuerte sol provocó que las pocas carpas instaladas se repletaran. Cerca de las 12:00, la fila ya alcanzaba los 250 metros de distancia a la puerta principal. Quienes esperaban en los exteriores comenzaron a inquietarse utilizando chompas, paraguas, carpetas o su mano como gorra para taparse del sol.
“Somos demasiadas personas amontonadas y todos estamos con la tensión del examen y de poder pasarlo. En Ecuador los jóvenes sí queremos estudiar, queremos prepararnos. Lo que ve es la muestra de esa realidad”, reclamó Enrique Escalante, de 19 años.
Alrededor de las 12:30, el tráfico también se sumó a los dolores de cabeza de los postulantes y sus padres. Una enorme fila de vehículos atascados hizo que algunos se bajen y caminen kilómetros para llegar más rápido. En la zona no hubo ni un agente de tránsito. Por lo que un guardia de seguridad privada tuvo que dejar sus funciones principales y se puso a tratar de hacer que el tránsito circule con más fluidez.
Los estudiantes que a esa hora salían comentaron entre sí que entre las 07:00 y las 08:00 el tráfico fue todavía más pesado.
Algunos estudiantes que estuvieron en el sitio ayer, deberán volver para realizar otras pruebas, por lo que piden que para los próximos días, el escenario sea más llevadero. “Debe haber vigilantes. Además, podrían dejarnos pasar y hacernos esperar en las aulas o en algún sitio techado, el calor de Guayaquil está insoportable. ¿Y si llueve? Debería además considerarse subir los cupos ya que muchos nos quedaremos sin estudiar por lo menos 6 meses. Nos han dicho que podremos presentarnos a dar el examen las veces que sean necesarias, pero yo quisiera poder hacerlo ahora. Si hubiera más cupos, estaría más tranquila. Aquí todos estamos luchando por lo mismo”, dijo preocupada Melanie Murrieta, una de las aspirantes.
