La atención en los mercados se restablece, pero con problemas para los comerciantes
Hubo poca ‘yapa’, debido a la escasez de algunos productos
La calma llegó a los mercados de Guayaquil que luego de varios días irregulares y manifestaciones en sus alrededores volvieron a abrir sus puertas de manera normal durante este fin de semana, pero con ciertos de inconvenientes para los vendedores.
Viteri: "Si ellos no nos quieren mandar alimentos, se lo compramos a otro país"
Leer másPara Manuel Quilumba, comerciante del mercado de Montebello, asegura que la semana que pasó fue muy compleja, pero ahora tratan de levantarse nuevamente. “Fueron días muy duros, no podíamos trabajar con normalidad y eso nos afectó mucho económicamente”, dijo el hombre que lleva siete años en la actividad.
Según una publicidad difundida en televisión y redes sociales, los compradores que acudan a los mencionados puntos de venta podrían llevarse una ‘yapa’ por su compra; sin embargo, Alicia, propietaria de un puesto en el mercado de Sauces IX, no sabe qué dar porque la mercadería está escasa. “No hay cómo dar la ‘yapa’ porque hasta medio vacío está mi puesto”, comenta.
El panorama es muy similar en otros puestos del mercado de Sauces IV. Allí, doña María ni siquiera estaba abastecida completamente. No tenía verdes, le quedaban pocas papas y tampoco contaba con yerbitas. “Aquí no hay ni para uno”, exclamó la ‘caserita’ y, entre risas, comentó que mejor sería “ir a la tienda de quien lo ofreció”. Ella afirma que por no perder y porque no le alcanza para invertir tanto lleva en pequeñas cantidades los productos a su negocio. “¡Cómo puede ser posible que una ramita de cebolla blanca cueste un dólar!”, dijo don Agustín, que estaba justo a lado de María
Las manifestaciones generan menos desechos para recoger en Guayaquil
Leer másSin embargo, en algunos puestos en el mercado de Gómez Rendón la historia fue algo distinta, ahí Luis Santander contó que recibió ‘la yapita’. “Me regalaron dos mandarinas por la compra de varias frutas, creo que es una buena manera de incentivar. Sé que es duro para ellos, pero para nosotros también”, decía el que llegaba de la mano con su hijo de 7 años y su esposa.