La ATM destina $ 4,9 millones para ampliar semáforos en 55 intersecciones

De enero a marzo de este año se contabilizaron casi 1.000 accidentes en Guayaquil, siendo el exceso de velocidad la causa frecuente en estos hechos. La situación desnuda a una ciudad a la que le falta educación vial, y una acción que ya dio luz verde la Agencia de Tránsito y Movilidad (ATM) es la de ampliar el sistema semafórico.

Se trata del proyecto de suministro, instalación y puesta en marcha de equipos, fase 3, con un presupuesto de $ 4,9 millones sin IVA que arrancó el 14 de noviembre de 2024. Tiene como contratante al Consorcio Ampliación Semafórica (Alcolisti y Traffitech), y se prevé concluir el 6 de febrero de 2026.

EXPRESO constató que 385 semáforos vehiculares y 228 semáforos peatonales son los que se contemplan en esta contratación. El precio unitario por cada semáforo vehicular oscila entre los 532 y 615 dólares; mientras que los semáforos peatonales van desde los 529 a 647 dólares.

Sin embargo, serán 43 nuevas intersecciones de la ciudad las que tendrán equipos nuevos, mientras que en las restantes 12 se pretende readecuar el diseño semafórico y mobiliario. Es decir, son calles donde la semaforización ya está (es aérea con cable tensor), pero que ahora mudarán a la semaforización soterrada o por cambio de sentido vial, o incluso tendrán más semáforos. Un efecto es que algunas intersecciones cambiarán sentidos viales.

Este Diario realizó un recorrido por ciertos puntos donde llegarán los equipos. Entre estos figuran la avenida Chile y General Calicuchima, la avenida Las Monjas con la calle Isabel Herrería (cerca de un centro educativo), así como en la avenida Casuarina, o La Germania, en la vía a Daule.

La ATM responde a EXPRESO

En los puntos donde ya hay semáforos, pero habrá nuevos ajustes están la Calle 1 SO (Jorge Perrone) con la avenida Velasco Ibarra, donde se contempla un nuevo regulador y la readecuación de las intersecciones semaforizadas. Otro punto es en la calle Jorge Pérez Concha con Ficus, con semaforización existente (subregulada), y en la que también se ha estipulado nuevo regulador y readecuación de las intersecciones semaforizadas.

En respuesta a EXPRESO -exclusivamente a través de un correo electrónico pese a no acceder a una entrevista presencial-, la ATM argumenta que esta contratación es crucial para mejorar la seguridad vial así como para reducir los siniestros, proteger a peatones y ciclistas así como para optimizar el flujo vehicular. “En resumen, esta iniciativa no solo favorece la seguridad y eficiencia del tráfico, sino que aporta beneficios ambientales y sociales, mejorando la calidad de vida de los habitantes”, dijo la entidad.

Ante la consulta de que si esta es la solución para la problemática, señaló que forma parte de una solución integral que abarca aspectos como fomento del “uso de vehículos eléctricos o híbridos” o la implementación de tecnologías de tráfico inteligente. La contratación también contempla postes, controladores de tráfico, bordillos separadores.

¿Pero cuál es la reacción de la ATM ante las quejas ciudadanas en torno a lecturas de radares presuntamente con errores, bajo la firma de Alcolisti, parte del consorcio a la que se le entregó este nuevo contrato? Un tema que, como ha publicado EXPRESO, ha generado críticas hacia la ATM y la compañía que provee los equipos. La ATM únicamente contestó que el proveedor calificado es aprobado por el Sercop, que cumple con los requisitos y con la norma INEN nacional e internacional.

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Al respecto, César Soria, gerente general de Alcolisti, accedió a conversar con EXPRESO y argumentó, por un lado, que los radares instalados no presentaron fallas, y que recibieron además el mantenimiento adecuado; y, por otro, que los semáforos del proyecto a cargo en la actualidad están incorporados a una red que se administra desde un software de manejo semafórico que hace que se puedan coordinar y manejar de una central que permite, acotó, tener inmediata atención mediante una falla.

¿Pero qué pasa con los semáforos que se quedan apagados ahora en días de apagones y que caotizan más a Guayaquil?

Soria detalló que en la segunda fase de la ampliación se instalaron UPS (sistemas de alimentación ininterrumpida (SAI), en inglés Uninterruptable Power Supply), en controladores de semáforo, pero en algunas avenidas.

“Los UPS necesitan cargarse, tienen baterías de respaldo de tres horas. Con apagones de 8, 14 horas, tendría que tener einenador al pie de cada controlador para poder dar luz. En todo caso, lo que hacemos es ofertar lo que la autoridad publica y si ganamos, con la bendición de Dios, instalamos el mejor equipo que puede existir. La nueva etapa los va a tener”, sentenció.

Al revelar que apenas durarían los equipos 3 horas en apagones, Soria señaló que no todas las intersecciones cuentan con el sistema UPS. Ahora, con esta ampliación subraya que se operaría y administraría un sistema mediante una plataforma que indicaría al ciudadano el “cambio de horas pico y atención inmediata en caso de falla”. Y reconoció que no todos los equipos tendrán cámaras.

Por parte de la ciudadanía hay quienes esperan que la semaforización sea sincronizada, sobre todo por el precio que la ciudad destina para la ampliación. Diego Ramírez, habitante de la décima etapa de la Alborada, es uno de ellos.

“Solo la avenida Quito y Machala tienen este tipo de semáforos, que facilita la circulación. Se supone que esta idea se haría realidad hace años. Alcaldes de administraciones pasadas pusieron sobre la mesa su análisis. Eso necesitamos. Nos urge en la Orellana, la Domingo Comín, Juan Tanca Marengo, la avenida de Las Américas… Para mí no está bien pensado ni distribuida ahora esta inversión”, sentenció.

Stéphano Mera, de Vía a la Costa, sentenció que el proveedor ha traído “dolores de cabeza” debido al caso de los radares, por lo que exige aún respuestas y más fiscalización por parte de la Alcaldía y concejales. “¿Por qué Alcolisti? ¿No bastó acaso que la ciudad entera por años le haya exigido respuestas a lo ocurrido con los radares? Eso nos generó tantos problemas”, se quejó; al cuestionar también a la ATM por no apostar de una vez por todas a un programa de semaforización inteligente.

De igual manera opina el ciudadano David Torres, quien conduce desde el sur al centro, y espera que, debido a la fuerte inversión, se contemplen mejoras.

“Que sea efectivo un sistema de semáforos es una tarea pendiente, ahora hay muchos apagados, otros descompuestos. Por lo que si se hace una inversión tan grande debe valer la pena e incluir la corrección de errores”, opinó.

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Al concluir esta fase del proyecto, Guayaquil contará con cerca de 5.900 semáforos vehiculares y 4.230 semáforos peatonales. No obstante, la ATM afirma que antes de semaforizar una intersección, se implementan otras medidas para reducir los accidentes.

La acción se aplica en una ciudad cuyo parque automotor se estima en más de 747.000 vehículos, cuyo 33% son motocicletas, y que en 2023 registró 4.272 siniestros de tránsito.

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