ATM gasta 1 millón de dólares en pautaje, con un listado de urgencias sin solución

Entre el 15 de mayo y 15 de noviembre de 2023 -6 meses de la gestión de Aquiles Álvarez- hay procesos de régimen especial subidos al Servicio Nacional de Contratación Pública (Sercop) por la Empresa Pública Municipal de Tránsito y Movilidad, destinados para pautaje, transmisiones, mantenimientos, entre otros; con presupuestos referenciales que van desde los 11.000 dólares. Pero el más costoso es el de 899.680 dólares que, más el IVA, llega a $1’007.641,60.

Se trata del servicio de pautaje en plataformas digitales, redes sociales, influencers, vía pública y medios alternativos. La fecha de publicación fue el 5 de octubre y fue adjudicado a la empresa Rompecabezas S.A. La ejecución es de 365 días.

Entre las características de los servicios figura el de contratación, negociación y seguimiento de los paquetes de posteos de influencers que difundan contenidos relacionados a la ATM en sus redes sociales, así como el de pautaje y difusión en plataformas digitales.

El contrato llama la atención de conductores y ciudadanos, pues argumentan a EXPRESO que Guayaquil, en materia de tránsito, mantiene un listado de prioridades que atender y que hasta ahora han sido resueltas.

Por ejemplo, Carlos Jiménez, máster en planificación urbana y regional, recalca que existen necesidades y respuestas que se adeudan a los ciudadanos desde las antiguas administraciones municipales.

“Sería bueno para la ciudadanía conocer cuántos kilómetros cuadrados de vía mantiene el Municipio/ATM, cuántos están bien señalizados, dónde están los mapas de vías proyectadas, dónde está el catastro de controles de tráfico (pares, redondeles, semáforos), qué hace falta instalar, dónde, cuánto cuesta mantenerlo...”, resume Jiménez, quien admite que ese levantamiento de información cuesta.

Él, además, cuestiona que se continúe priorizando al vehículo motorizado. “Los ciclistas, aunque no sean mayoría, necesitan atención. Que se mejoren las condiciones de los paraderos para los usuarios del transporte público; aplicaciones, señalética. Ahora que se cerró Turismo EP hay que tener en cuenta que es difícil para un turista movilizarse en el transporte público..., eso cuesta, por lo que hay recursos que se pueden direccionar”, agrega.

Eduardo Estrada, conocido por ganarle nueve procesos de impugnación a la Comisión de Tránsito del Ecuador y uno a la ATM en el tema de los radares y las multas ‘fantasmas’, también se pronuncia. “El pautaje obviamente es para lavarse la cara sucia que tiene la ATM, porque la tiene bien sucia, y busca presentar una imagen bonita”, alega.

Considera que una de las fallas en la ciudad es la “mala” señalización, que, a su juicio, está colocada “a propósito para generar infracciones”. Entre las urgencias que se deben priorizar, Estrada sugiere la puesta de semáforos en lugares adecuados y que entre a revisión aquellos aparatos que se encuentran en las bocacalles. “Sucede que uno se acerca a la línea de seguridad y el semáforo está arriba de uno, hay que reubicarlos. La ATM no debe lavarse más la cara sucia”, continúa.

Para conocer la postura de la ATM en torno a la importancia del servicio de pautaje y la razón por la que no ha priorizado los otros problemas que agobian al guayaquileño, este Diario solicitó una entrevista a la institución, pero hasta el cierre de esta edición no hubo respuesta de cuándo y con quién se la haría.

El activista social Fernando Alburquerque, por otro lado, cuestiona que se asigne este contrato en lugar de abordar las necesidades básicas y urgentes de infraestructura, como calles con huecos o sistemas de transporte obsoletos.

A su juicio, es altamente cuestionable este contrato y merece un análisis crítico porque fue algo que se le criticó a la las anteriores administraciones. “Esta decisión refleja una falta de empatía entre las prioridades de la administración y las necesidades reales de Guayaquil. En lugar de invertir en mejoras tangibles que impacten directamente la calidad de vida de los ciudadanos, se está optando por una inversión que puede tener un retorno menos evidente y menos significativo en términos de beneficios públicos”, afirma.

Alburquerque, quien reside en la ciudadela Coviem, sur de la ciudad, considera que es necesario que el alcalde “revise las prioridades” y asigne los recursos de manera “responsable”. “En el tema de publicidad bien lo puede hacer el departamento de comunicación de la ATM, sabiendo cómo está la realidad del país cuando cada recurso económico de los guayaquileños debe de ser cuidado como tal”, puntualiza.

La opinión la comparte el arquitecto Nelson Aguilera, quien participó en el concurso que años atrás hizo EXPRESO para rescatar al corazón de la ciudad. Él hizo alusión al proyecto. “En lugar de ese millón gastado en pautaje, se podría iluminar el centro. Llenar las veredas de bancas y piletas, de árboles, que permitan a las familias que aún viven allí salir a la calle y pasear en ella, y al turista que lo visita, ver más allá del Malecón. Con ese millón se podría intervenir al menos un par de espacios que sirven de bodegas y convertirlos en espacios gastronómicos familiares. Hoy, en el centro, apenas sigue destacando la calle Panamá y resulta para todos muy poco. La gente quiere vivir”, recalcó.

Los pasos cebra, interrumpidos en el agitado centro de la urbe

EXPRESO también buscó la voz de los peatones y la mayoría de los consultados coincidió en que a Guayaquil le urgen proyectos de educación vial y verdaderos pasos cebra. Ellos quieren sentirse seguros al salir a la vía pública sin el temor de ser arrollados por algún automotor.

Así opinó Charlie Méndez, trabajador de una ferretería ubicada en el centro. “Aquí las calles son tan estrechas y las aceras están tan llenas de comercios que uno tiene que andar corriendo en plena vía y esquivando a los buses que escapan de pasar por encima tuyo. Es horrible ser peatón en Guayaquil”, comentó.

Y es que bastó recorrer algunas calles del movido centro para evidenciar que si bien en algunas no existen los pasos cebra, en otros están interrumpidos. Es el caso de la calle Rumichaca.

“Uno pasa desapercibida estas cosas porque andamos corriendo hacia la acera porque ni los semáforos los respetan. La educación vial es importante, pero no hacen caso, lamentablemente a uno como ciudadano o peatón le toca andar mirando todo con cuatro ojos”, manifestó Lorena Cóndor, una vendedora de ropa.

Mientras que hay otros ciudadanos como Carlos León, de la ciudadela Martha de Roldós, que alerta de que a la ciudad le faltan también pasos elevados en las avenidas que hoy por hoy concentran alta demanda vehicular. “Leí que habilitaron carriles de retorno en vía a la costa, pero la vía a Daule, la Francisco de Orellana continúan con su histórico embotellamiento, ¿qué planes hay para aliviar el tráfico de Guayaquil? ¿Por qué las autoridades no priorizan estas obras?”, cuestionó.

¿Quieres revisar más información de calidad? INGRESA AQUÍ