Avenida Orellana: “Si no quieres chocar, te toca ser insensato”
El tráfico y las infracciones crecen a la par en el redondel de Las Orquídeas. Falla el control y sobra el irrespeto
El problema no es el redondel, sino los gritos, el tráfico, el ruido, los incidentes y las decenas de infracciones que se generan alrededor de él, a diario y siempre en horas pico.
Circular por la avenida Francisco de Orellana e intentar girar alrededor del redondel de Las Orquídeas, ubicado entre las calles que conducen a la ciudadela Mucho Lote y Los Vergeles, es un martirio, a decir de los conductores. “Es un remolino inseguro y congestionado en el que te toca, quieras o no, tener ojos en la nuca para no matar a nadie o chocarte. Y es que aquí para salvarte te toca convertirte en irresponsable”, se queja el conductor Rogelio Garzón, quien asegura que resulta imposible seguir las normas de tránsito, puesto que si por ejemplo frena, porque así lo indica el semáforo, decenas no lo hacen y escapan de írsele encima.
Guayaquil: El ruido y los atascos hacen invivibles a cinco ciudadelas
Leer másEXPRESO hizo un recorrido por el sitio durante varios días de la semana anterior, por la mañana y en la tarde, y constató el problema que había sido denunciado por los lectores de este Diario. A las 17:00 del jueves anterior, Daniel Sabando en cuestión de cinco minutos debió frenar a raya mientras el semáforo estaba en verde para no chocar contra dos tricimotos que se le cruzaron, ni con el motociclista que invadió su carril y salía en contravía de la calle 24 A NE, paralela al canal de aguas lluvias de la zona.
Para Diego Delgado, quien vive en Samanes 7 y a diario va y viene de La Aurora (avenida León Febres-Cordero), donde trabaja, los conflictos en este punto se generan porque la distribución que existe entre los carriles no es la adecuada.
Advierte que si bien existen 10 carriles para rodar (de lado y lado), al menos los ubicados a los costados de las aceras deberían tener un muro de concreto, tipo bordillo, para separar los caminos y así evitar que los conductores invadan las rutas. “Es un estrés continuo manejar por este tramo. A diario lo hago y siento rabia e impotencia porque me parece absurdo que la autoridad, cualquier persona con sus cinco sentidos bien puestos, no esté ya trabajando en qué hacer o cómo aliviar este caótico espacio”, piensa.
EXPRESO consultó a la ATM acerca de esta problemática y las medidas que tomará al respecto, pero a través de un correo electrónico señaló que se efectuaría una visita técnica inmediata para analizar opciones. Sobre por qué no hay agentes en el sitio y si se ha barajado la posibilidad de reorganizar los carriles o levantar algún tipo de estructura que permita trazar los caminos, no hubo respuesta.
Según testigos del lugar, debido al “descontrol” que existe en el área incluso los vehículos que están estacionados a un costado de la acera son impactados por los conductores que, al pasarse de un carril a otro, se abren tanto que terminan chocando con lo que ven a su paso.
El semáforo en rojo, el aliado del hampa en vías conflictivas https://t.co/w1rOfoRpXS
— Martha Torres Moreno (@MarthitaTorresM) October 25, 2021
“Los he visto darse contra el parterre, bicicletas, la estructura de la zanja y, como pasó dos veces el mes pasado, contra una camioneta y un taxi, cuyos conductores se encontraban comiendo en los negocios del entorno. Aquí pagan hasta quienes no están circulando”, advierte el residente Joshep Terán.
La escasez de parqueos en Puerto Santa Ana se recrudece
Leer másDe hecho, según la cuenta oficial de Twitter de la Corporación para la Seguridad Ciudadana, solo entre septiembre y octubre se han reportado ocho accidentes de tránsito en ese sitio. Esto, aunque hay seis semáforos y dos pasos cebra.
“Definitivamente este tramo de la Orellana es una pesadilla”, alcanza a decir el motociclista Walter Quezada, diez segundos después de haber tachado, a gritos, de “ignorante inconsciente” al chofer de una volqueta que no frenó cuando el semáforo lo indicaba.
Este punto es tan crítico que incluso los autos que están parqueados suelen verse afectados por las imprudencias. Los chocan, hay quienes se van encima de ellos. Pasa seguido.
“¿Por qué no están los agentes de tránsito aquí? ¿Dónde se esconden?”, cuestiona; mientras la ciudadana Raquel Soriano fotografía a motociclistas (todos repartidores de comida) que circulan en contravía para acortar camino. “Aquí solamente falta que los veas sobre las bases de la zanja o la misma vereda”, se queja.
De cara a cara al peligro en las vías de Guayaquil
Leer másEXPRESO estuvo ahí y constató que esto último ya lo hacen, obligando a los peatones a ‘compartir’ (como pasa en prácticamente toda la ciudad) el asfalto hasta con los vehículos de transporte pesado.