La avenida Teodoro Alvarado Oleas, un riesgo para 3.000 alumnos
La demora en el cambio de luz del semáforo hace que los escolares inicien una carrera maratónica para cruzar la vía. Hay escaso control de tránsito
Cuando las sirenas advierten el inicio o fin de las clases, unos 3.000 estudiantes de la jornada matutina y vespertina de la Unidad Educativa Teniente Hugo Ortiz se enfrentan a un inminente peligro que significa cruzar de un carril a otro la avenida Teodoro Alvarado Oleas, norte de la ciudad.
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Leer másEl panorama se observa de lunes a viernes, a las 07:00, de 12:30 a 13:00, y a las 18:00, en un tramo de aproximadamente 40 metros.
En esa amplia calzada funcionan dos carriles por donde los conductores de transporte públicos y privados pasan constantemente. Pero, también lo hacen padres de familia como Marlene Zambrano, quien todos los días va a dejar y a recoger a sus hijos de 8 y 11 años que se educan en ese centro educativo fiscal, situado al lado del parque Samanes y frente a la ciudadela Samanes 6.
Aunque sabe que en la zona hay riesgos, ella cruza corriendo de una acera a otra, sorteando el transitar de los carros para llegar a salvo al otro lado.
El problema no se presenta por la falta de semáforos en el sitio, ya que allí hay dos: uno para dar paso a la transportación urbana y el otro a los expresos escolares y carros privados que salen y entran al plantel. La dificultad radica en la demora de estos aparatos para cambiar de luz roja a verde o viceversa.
“Parece que los semáforos están mal sincronizados; para dar paso al peatón el tiempo es corto, pero los carros tienen más minutos para hacerlo. A veces, la luz cambia justo cuando estamos a mitad de la vía y debemos hacer una carrera maratónica para cruzarla rápido para no ser atropellados”, narra Marlene, quien considera necesaria la presencia de personal de la Agencia de Tránsito y Movilidad (ATM) para que realicen los controles respectivos para evitar cualquier accidente.
Las autoridades de tránsito deberían sincronizar mejor los semáforos que hay en el sector para que los peatones y conductores no tengan problemas para transitar por la vía.
Carlos Rodríguez, otro padre de familia, concuerda con ella. “Pocas veces hay un agente de tránsito en los exteriores del plantel, a pesar de que la señalización alrededor de la institución educativa es de poca utilidad porque los choferes no respetan las señales”, reclama.
El tránsito vehicular es complicado en las horas pico en el tramo de la avenida que está frente al colegio. Creo que sería conveniente la presencia de un agente, que pocas veces llega.
Cuenta que hace dos semanas un carro estuvo a punto de atropellarlo a él y a su hijo de 10 años. “Estábamos en el parterre central esperando que cambie la luz del semáforo; cuando esto sucedió ambos procedimos a cruzar hacia el otro carril, pero de repente un carro que venía en la ruta tuvo que frenar a raya para no irse encima de nosotros. No fue culpa nuestra, la culpa fue de ese aparato que no da el tiempo necesario para ir al otro lado”, menciona preocupado.
El semáforo demora mucho para cambiar la luz y dar paso a los peatones. Esperar aquello se vuelve una eternidad, especialmente si la persona está con el tiempo en contra.
Diario EXPRESO estuvo en el sitio durante una hora y en ese tiempo observó cómo los padres ponen en riesgo la vida de ellos y la de sus hijos cruzando la vía en veloz carrera, muchas veces en luz verde sin tomar en cuenta el recorrido de los cientos de automotores que se desplazan por el área.
Asimismo, se percató de la impaciencia de los peatones que con mucha insistencia presionan el botón de cambio de luz del semáforo y como no tienen respuesta inmediata se lanzan a la vía y la pasan, incluso, zigzagueando entre los automotores.
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Leer más“Siempre es lo mismo, las personas no respetan las señales de tránsito y al momento de un accidente los responsables siempre somos los conductores”, dijo Manuel Caicedo, chofer de una línea de bus que transita por la zona y en varias ocasiones ha tenido que circular a una velocidad mucho menor a la permitida para evitar alguna desgracia.
Los padres de familia están conscientes de que la mejor medida para evitar accidentes, sustos y reclamos de los conductores es que sus hijos respeten las luces del semáforo. “Pero por ahora es difícil. Son muchachos, no miden el peligro”, dice María Benítez, madre de uno de los estudiantes, cuya salida de clase es a las 12:30, la hora más conflictiva para el tránsito.
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Leer másAl igual que en años anteriores, en el colegio se han creado brigadas de padres para, a más de velar por la seguridad de los chicos, también ayuden a evitar accidentes en los cruces”, puntualiza Miriam Cordero, representante de tres alumnos.