Guayaquil: Los baches y cableríos, los males de la Florida Norte
Las primeras lluvias evidencian el deterioro de las calles. Familias en riesgo por marañas de cables. Los vecinos exigen solución a problemas
Cuando a Carlos Viteri se le pregunta cuáles son los problemas que existen en la ciudadela Florida Norte, no duda en decir: “las calles agrietadas, las ‘telarañas’ en los postes y el comercio informal que viene de la mano con la inseguridad que se han convertido en dolor de cabeza para todos los habitantes”.
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Leer másViteri vive más de 25 años en este sector y asegura que durante este tiempo estos han sido los males que las autoridades de la ciudad no han podido solucionar, pese a los constantes reclamos realizados por la comunidad.
“Las primeras lluvias de cada año nunca llegan solas; vienen acompañadas de una gran cantidad de baches que se empiezan a evidenciar en varias calles de la ciudadela”, menciona el residente, al mostrar las grandes grietas que hay a lo largo de la avenida Juan Pablo II, arteria principal de la Florida Norte.
Desde las manzanas 604 hasta la 608 se puede contar la cantidad de cráteres que obstaculizan el flujo normal de los vehículos, y que incluso han ocasionado accidentes de tránsito y de peatones.
Por reiteradas ocasiones hemos solicitado a las autoridades municipales el arreglo de las calles, pero nuestro pedido no ha tenido respuesta. Seguimos igual.
El eterno desafío de sortear los cráteres
Leer más“La semana pasada una señora se cayó y se golpeó duro la cabeza al tratar de sortear esos huecos que cada vez se tornan más profundo”, denunció Ángel Sarango, presidente del comité promejoras de la Florida Norte. Él tiene cinco años viviendo en el sector y señala que ya no se acuerda las veces que ha enviado al Municipio de Guayaquil solicitudes firmadas por los moradores, que piden el mejoramiento de las vías.
Con el paso de volquetes y vehículos pesados las calles se destruyen día a día. Molesta el ruido que producen carros y motocicletas al caer en los grandes huecos.
“El problema no ha sido solucionado a fondo. A veces vienen y tapan un hueco, pero creo que el material no es de buena calidad, porque al año siguiente otra vez las grietas quedan al descubierto”, agrega José Albán, quien reside desde hace 15 años en el sector.
Al problema de los baches se suma el de los ‘tallarines’ colgantes. Así lo llaman a los cables que van del poste de luz a la vivienda, pero que se entrecruzan, se confunden, que dan miedo y que a la final no se sabe de qué mismo son.
“Resulta imposible contar cuántos cables están sujetos a un poste. Lo que sí se sabe que son un riesgo para los residentes que están expuestos a sufrir alguna descarga eléctrica”, manifiesta Carmen Chacón, quien habita hace 10 años en la manzana 109 y asegura que solo basta con asomarse al balcón de su casa para que sus ojos se topen con “tremenda cablería”.
“Los postes de luz aguantan todo, los cables de alta tensión están cercanos a ventanales, balcones y paredes con las consiguientes peligrosidades más aún si hay casas de material de fácil combustión”, resalta.
Luis León, quien vive en la zona y conoce de electricidad, agrega que en muchos casos, esos cables no prestan ningún servicio. “Algunos están dirigidos a usuarios que cambiaron de residencia o que decidieron cancelar el servicio, pero los cables siguen ahí”, anota, al denunciar que hay vendedores informales que hacen conexiones clandestinas para obtener electricidad para sus negocios.
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Leer másLos comerciantes han invadido las aceras y veredas de esta ciudadela y obligan a los peatones a tirarse a la calle con el riesgo de ser atropellados.
Los habitantes exigen a las autoridades que visiten la zona para que palpen los problemas y le den solución.