El bachillerato técnico añora la práctica
Los alumnos realizan proyectos didácticos y los suben a YouTube. En los puntos de reencuentros muestran sus trabajos. Extrañan la presencialidad
Un poco nerviosa pero decidida a mostrar lo aprendido desde casa, Gianelly Torres, de 17 años, estudiante de tercero de Bachillerato Técnico, en la figura profesional ‘Ventas e Información Turística’, agarra una estatuilla que representa a la Venus de Valdivia para explicar ante un público muy reducido la importancia de esta cultura establecida en Ecuador 3.000 años antes de Cristo.
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Leer másLo hace en un aula de la unidad educativa fiscal Jaime Roldós Aguilera, ubicada en Fertisa, sur de Guayaquil, que desde marzo de 2020 cerró sus puertas debido a la pandemia, al igual que lo hicieron los 17.000 planteles del país para dar paso a la educación no presencial.
En las últimas semanas ese establecimiento educativo es uno de los puntos de reencuentro entre alumnos, maestros y padres; y la estudiante aprovecha esta coyuntura para exponer, junto a sus compañeras Emily Caicedo (17), también de tercero de bachillerato y Melanie Guevara (16) de segundo, que estudian la misma especialidad, el avance de un proyecto didáctico demostrativo que, desde el inicio del año lectivo, desarrollan desde sus hogares con el asesoramiento que sus maestros les brindan a través de las plataformas virtuales.
Esa ponencia teórica de ninguna manera reemplaza las prácticas y experiencias que deberían poseer los bachilleres técnicos en sus respectivas áreas; pero, es lo más cercano que tienen para exteriorizar las destrezas adquiridas antes de graduarse del colegio.
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Leer más“Estoy contenta de tener ese contacto con el público, algo que nos había robado la pandemia en estos últimos 18 meses. Afortunadamente ahora soplan vientos de que pronto regresaremos a las aulas para desarrollar las prácticas que requiere la especialización técnica”, indica Torres, mientras continúa en un breve recorrido teórico-turístico por las rutas de diferentes regiones del país.
Para ello se acompaña de folletos, hojas volantes, trípticos y otros elementos turísticos que están en mesones, armarios y paredes del aula de clase, en la que está solo de paso, pero a la que desea regresar muy pronto para mantener contacto físico con sus amigos y maestros.
Lo mismo desea Caicedo, quien al momento lamenta no poder realizar las 160 horas de prácticas que antes de la pandemia les permitía mantener una relación entre la institución educativa y la entidad colaboradora (empresa), tal como lo establece la malla curricular del bachillerato técnico.
No obstante, ella simula con quienes visitan el plantel, actividades concernientes a la venta de paquetes y servicios turísticos, brinda información sobre lugares que se pueden visitar, habla de las bellezas naturales del país, entre otros temas, aplicando normas, técnicas y procedimientos establecidos para este sector.
Los asistente escuchan las ponencias de las jóvenes y se interesan por conocer algo más de su trabajo que, aunque es netamente teórico, no deja de tener todos los elementos que requiere un proyecto de un futuro bachiller técnico.
A la exposición le agrega varios videos que grabó y subió a la plataforma de YouTube, donde da a conocer los atractivos turísticos de Guayaquil y de otras ciudades del Ecuador. “Es un trabajo que demanda tiempo y dedicación, pues hay que incluir muchos recursos audiovisuales para hacerlo atractivo”, comenta la joven, quien señala que le hubiera gustado realizar sus prácticas en los talleres de la institución educativa o en alguna empresa turísticas que le permita captar la experiencia que en este campo tiene el personal que allí labora. Pero, abriga la esperanza de poder hacerlo antes de que el año lectivo culmine en el ciclo Costa.
Alexander López, director del área de Ventas e Información Turística, reconoce que desde casa ha sido complicado el proceso de enseñanza y aprendizaje en el área técnica. “Pero, hacemos muchos esfuerzos para que los chicos tengan los conocimientos necesarios y puedan mostrarlo a la comunidad a través de diferentes plataformas virtuales”, anotó.
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Leer másJimmy Mendoza, docente del área, coincide con su colega. “Los estudiantes elaboran sus proyectos en casa y también los suben a las redes sociales para que la ciudadanía los conozca. De esta manera ellos se preparan y adquieren los conocimientos teóricos que pronto podrán ponerlos en práctica, una vez que al plantel llegue la presencialidad”, subraya.
Candy Magallanes, madre de familia, cree que en el bachillerato técnico la práctica es el mecanismo principal de aprendizaje; sin embargo, reconoce que los docentes se han esmerado para que los estudiantes continúen en este proceso.
LA PANDEMIA HIZO INVIABLE LAS CLASES PRÁCTICAS
En la zona 8, que abarca los cantones Guayaquil, Durán y Samborondón, hay 92 instituciones educativas que ofertan el bachillerato técnico en 34 figuras profesionales distribuidas en cinco áreas: agropecuaria, industrial, servicios, artística y deportiva.
Los estudiantes tienen tres escenarios para ejecutar sus prácticas: en entidades receptoras; en la institución educativa; o pueden elaborar un proyecto didáctico demostrativo. A pedido de sus representantes, ellos decidieron acogerse al último para salvaguardar su salud y seguridad, debido a la pandemia.
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Leer másUn alumno que cursa una especialidad técnica, dedica gran parte de su tiempo a clases prácticas, una situación que, en muchos casos, se hizo inviable.
Conseguir una práctica profesional para los alumnos también presentó otra complicación, ya que la pandemia hizo que muchas empresas no tomaran alumnos en práctica, o fuera difícil para ellas entregar las medidas de seguridad necesarias, sobre todo en especialidades donde el trabajo presencial es imprescindible.