Graduación de bachiller
La Unidad Educativa Fiscal Guayaquil graduó  a 700 bachilleres en tres ceremonias que se desarrollados en el plantel.Christian Vinueza / EXPRESO

Los bachilleres tienen dudas sobre ingreso a la universidad

Los colegios empiezan a graduar a los jóvenes con muchos proyectos en mente.  Les preocupa el nuevo sistema de acceso a la educación superior

El miedo y la incertidumbre sobre su futuro estudiantil ronda en los 56.210 jóvenes de tercero de bachillerato de Guayaquil, Durán y Samborondón, quienes se gradúan con miras a seguir una carrera universitaria.

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La preocupación de los nuevos bachilleres se manifiesta porque todavía no tienen bien claro el nuevo proceso de admisión que desde este año está a cargo de cada universidad y ya no de la Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt) que hasta el 2022 manejó la entrega de cupos al sistema de educación superior.

De hecho, muchos bachilleres solo han cumplido con el primer paso de este proceso que fue el Registro Nacional, donde debieron ingresar sus datos personales e interés por universidades y carreras. Esto lo hicieron cuando aún estaban en clases y contaron con el acompañamiento de profesores y tutores.

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No obstante, el siguiente paso que es la inscripción en cada universidad ha sido complicado para ellos, porque en mucho de los casos han tenido que hacerlo solos.

Y es en esa fase donde muchos jóvenes están estancados; no saben qué hacer en esa primera gran decisión que deben tomar para ponerle un rumbo a sus vidas profesionales.

Diario EXPRESO conversó con varios bachilleres para conocer las expectativas y temores que les causa esta crucial etapa.

Graduación bachiller
Las mejores bachilleres de la Unidad Educativa Guayaquil recibieron reconocimientos.Christian Vinueza / EXPRESO

Luis Alberto Jácome, de 17 años, dice que se le hiela la sangre cada vez que piensa en su futuro. Quiere ir a la universidad, pero todavía no sabe cómo hacerlo.

Con la ayuda de mis padres estudiaré en línea en una universidad privada de Quito. Las entidades públicas no han aumentado los cupos y no quiero perder tiempo. 

Génesis Ibarra, bachiller

“Estoy pidiendo asesoría a mi hermano mayor que hace dos años pasó esta etapa de elegir una carrera. Luego deberé organizarme para tomar la decisión que mejor me convenga”, comenta, aunque reconoce que el tiempo no juega a su favor, porque las universidades públicas de Guayaquil ya empezaron las inscripciones y algunas han cerrado este proceso.

Me estoy preparando para el examen de admisión que tomará la Universidad de Guayaquil, donde me registré para estudiar la carrera de Diseño Gráfico. Ojalá logre mi objetivo.

Luis Alberto Jácome, bachiller

“No sé qué hacer, quizás deba esperar el próximo ciclo, que empieza en junio, para realizar todo este trámite”, agrega un poco desanimado.

Al igual que años anteriores, el ingreso a la universidad pública está complicado. Cambió el proceso, pero no el apoyo que se le debe dar a los jóvenes para su formación.

Mehilyn Vásquez, bachiller

Mehilyn Vásquez también está angustiada y lo manifiesta en su pálido rostro y en los movimientos de manos que frota cada vez que piensa en lo complicado que es acceder a la educación superior pública.

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Ella quiere estudiar la carrera de Enfermería y la semana pasada se inscribió en la plataforma que habilitó la Universidad de Guayaquil para el proceso de admisión.

“Tengo temor de quedarme afuera porque conozco que todos los años miles de bachilleres postulan a esta carrera, pero la universidad no ha incrementado las plazas que oferta en cada ciclo académico”, manifiesta, al señalar que junto a sus padres está elaborando un plan B para no interrumpir su formación. Agrega que la universidad privada es esquiva para ella.

Lo mismo piensa Paulo Vallejo, quien desea estudiar Administración de Empresas. “Tengo mucha incertidumbre porque conozco que no todos podremos ingresar. El método de admisión ha cambiado, pero el número de cupos que ofrecen las universidades no ha aumentado. Entonces, no veo ninguna ventaja a las fases de admisiones de años anteriores”, remarca, al añadir que igual se está preparando para el examen de ingreso que esta vez lo tomará la misma universidad a que ha postulado.

En cambio, Yamilet García, de 18 años, cuenta que desde hace dos meses revisa en las páginas de avisos clasificados alguna oferta laboral que le genere ingresos para matricularse en una academia privada para estudiar Diseño de Modas.

CeremoniasEn las unidades educativas particulares, las graduaciones comenzaron desde el 1 de marzo; en los fiscales, arrancaron este miércoles 8 de marzo.

“Yo no me he inscrito en ninguna universidad porque no quiero perder tiempo en los procesos de admisión que no me garantizan el ingreso a la carrera que me gusta. Mejor trabajo y me pago mis estudios”, agrega convencida de que logrará el objetivo.

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Andrea Oñate, de 18 años, parece que tiene claro su futuro. La próxima semana, junto a otras amigas, tramitará un crédito o una beca para estudiar en el extranjero.

Hasta tanto, le toca lidiar con el enfado y tristeza de sus padres que no quieren que se vaya de la casa. Siente remordimiento por tener que dejarlos, pero “la decisión ya está tomada”, asegura.

Así como ellos, la mayoría de los consultados quiere estudiar, otros irán a trabajar; unos pocos respondieron que deseaban hacer las dos cosas; en cambio, la minoría dice que todavía no ha decidido qué hacer.

Pero todos coincidieron en que tendrán que aprender a desenvolverse solos, ahora que deben tomar las riendas de su futuro.